Voy a empezar por definir el concepto de psicomotricidad
tal como lo definimos en la escuela Aucouturier en cuya orientacién
se inscribe mi trabajo.
Etimolégicamente la palabra psicomotricidad nos
remite a un estado que manifiesta una relacién estrecha entre "lo
psiquico" y "lo motérico".
Desde este punto de vista la mayoría de las conductas
se situarían en el ámbito de la psicomotricidad, ya que,
de alguna manera, toda actividad humana es psicomotriz, pues nuestro psiquismo
solo puede mostrarse al mundo a través de nuestras acciones y manifestaciones
corporales.
La psicomotricidad hace referencia a un concepto de
maduracién en el niño; es el proceso de maduracién
que corresponde a un periodo del desarrollo infantil en el cual la sensoriomotricidad
es inseparable de la génesis de los procesos psíquicos conscientes
e inconscientes. Este periodo es el fundamento de nuestra personalidad,
de nuestra manera de ser, de actuar y de pensar, de nuestras actitudes
ténicas, motrices y psicolégicas.
Hablamos, por tanto, de un estado evolutivo en el que
los aspectos cognitivos, afectivos y motéricos se manifiestan como
una globalidad indiferenciada. Al hablar de psicomotricidad en el niño
nos referimos a procesos de accién, porque la accién es
fundamental para la formacién del pensamiento. Hablamos de un periodo
de maduracién- entre los 0-7 años- en el que el niño
tiene necesidad de actuar para pensar. Pero si hay una etapa en la cual
la accién es fundamental para el desarrollo psicolégico
del niño, es la etapa pre-verbal, en la cual actuar es pensar.
Estos años de cimentacién del psiquismo
son los que los niños pasan en nuestras Escuelas Infantiles, por
ello es fundamental crear el marco pedagégico y metodolégico
adecuado para que estos procesos de accién puedan desarrollarse.
La práctica psicomotriz educativa y preventiva
tiene como objetivo la maduracién de los procesos psicolégicos
a partir de la accién y del juego; dicho de otra manera, ayudar
al niño a desarrollar su pensamiento de una manera armoniosa a
partir de la accién.
Tradicionalmente, la sociedad occidental y en particular
la escuela, ha castigado y reprimido el movimiento del niño ya
que era un elemento perturbador de la disciplina. Se creía que
cuanto más quieto estuviera un niño más despierta
estaría su inteligencia para los aprendizajes. Hoy en día
ha quedado bien demostrado a partir de los estudios de autores de todos
conocidos (Piaget, Wallon, Freud y otros) la importancia de la accién
para la formacién del pensamiento.
Entendemos la accién como proceso de transformacién.
En los primeros momentos del desarrollo podemos decir que el niño
es motricidad. Progresivamente esta motricidad se convierte en accién
en la medida en que, a través de la motricidad, el bebé
entra en relacién con el otro iniciándose un proceso de
interrelacién y transformacién profundas que constituyen
la base los procesos de constitucién del psiquismo y de la unidad
corporal. La accién tiene por funcién la transformacién
del otro y la transformacién de uno mismo a la vez. El bebé
es un ser de accién de manera muy precoz, ya que desde los primeros
días, él es transformado por la madre y el propio bebé
a su vez transforma a su madre.
Pongamos un ejemplo. El bebé llora, está
en tensién, tiene rigidez, los puños cerrados, gestos que
manifiestan su malestar porque tiene una necesidad fisiolégica:
tiene hambre. La madre o las personas de su alrededor interpretan el llanto
como una necesidad de alimentacién y por lo tanto alimenta a su
hijo. Pero esta situacién de alimentacién es algo mas que
la satisfaccién de una necesidad fisiolégica por el placer
que siente esa madre al alimentar a su hijo. Este placer se manifiesta
de manera global por la manera de sostener al niño en brazos, por
la postura, la mirada , el contacto de la piel, el calor, en definitiva
todo el ser de la madre se transmite en esta secuencia de alimentacién
y el bebé cambia, se relaja a medida que recibe el alimento, todo
el tono del niño cambia, los puños se abren. y a medida
que el tono del niño cambia , la madre se relaja y se distiende
con él. Pero esta transformacién solo se da si la madre
tiene el deseo y el placer de alimentar a su hijo, si no, estamos ante
una simple secuencia de alimentacién que cubre las necesidades
fisiolégicas pero no las "psíquicas".
Otro ejemplo: la madre habla al bebé. Después
de cada frase hay un silencio que el bebé llena con su movimiento,
hay por tanto una respuesta motriz al lenguaje de la madre que de esta
manera se siente impulsada a continuar esta "conversacién".
Es decir, toda accién, para ser considerada como
tal, tiene como consecuencia una transformacién exterior y una
transformacién interior.
El factor de integracién entre la dimensién
sensoriomotriz y psíquica es el placer, ya que el placer es tanto
del orden somático como del orden psíquico, por lo que es
fácil comprender, que todo sufrimiento o displacer puede bloquear
este proceso de integracién entre lo somático y lo psíquico
situándose aquí-en la no integracién o en la fragilidad
de integracién entre lo sensoriomotor y lo psiquico-la patología
psicomotriz.
La historia profunda de cada persona es la historia
de una relacién y una separacién. Lo que el niño
nos manifiesta a través de su expresividad motriz es en qué
momento se encuentra de esa historia, y cémo está viviendo
el siempre difícil proceso de crecer, hasta la creacién
de la propia identidad y la adquisicién de la autonomía.
En efecto, con el nacimiento, el bebé pasa de un estado de bienestar
y de fusién total con la madre, a un estado de separacién,
pero de total dependencia, que suponen una revolucién para el niño.
El estado de "prematuridad" o mejor dicho de "inmadurez"
en que la especie humana viene al mundo, propicia un largo periodo de
dependencia. La relacién entre el bebé y la madre necesaria
para la supervivencia, relacién que en un primer momento es sobretodo
corporal, hecha de sensaciones agradables y desagradables ligadas al cuerpo
es decir sensaciones olfativas, visuales, táctiles, motrices, ténicas,
auditivas, es determinante para el desarrollo psicolégico del niño.
Es precisamente por ese largo periodo de dependencia por lo que el ser
humano ha llegado a ser capaz de desarrollar las funciones superiores;
al necesitar del otro para la supervivencia, el ser humano desarrolla
muy precozmente pautas expresivas y de comunicacién que han sentado
las bases para el acceso a lo simbélico y a la representacién.
Las fases mas determinantes de este proceso se viven en la etapa de Educacién
Infantil.
El proceso de constitucién de la unidad corporal
en el niño es indisociable de la aparicién de procesos o
acciones de reaseguracién encaminadas a soportar la ausencia de
la madre sin "perderse" o "hundirse".
Los mecanismos que el niño pone en marcha para
compensar la ausencia-pérdida de la madre, así como las
competencias que desarrolla en la relacién con ella son los determinantes
(aparte los factores neurolégicos) de la originalidad de la expresividad
motriz de cada niño. Efectivamente, en las primeras etapas de la
vida el niño orienta su motricidad a compensar la pérdida
de la madre iniciándose el camino que conduce a la creacién
de su propia unidad corporal.
Una vez conseguida esta unidad corporal -hacia los tres
años- unidad que el niño muestra a diferentes niveles de
simbolizacién, el niño debe afrontar nuevos retos afirmando
esta unidad, y compensando angustias de pérdida de parte su cuerpo.
Conocer las manifestaciones motrices, simbélicas y de representacién
de cada una de estas etapas va a propiciar un dispositivo metodolégico
diferente de las sesiones de práctica psicomotriz.
Una vez aclarados estos principios, vamos a volver a
la práctica psicomotriz educativa y preventiva que, como ya hemos
dicho, está concebida como un itinerario de maduracién para
favorecer el paso del "placer de actuar al placer de pensar". En este
sentido es una práctica preventiva porque trabaja y estimula los
procesos que abren a la comunicacién, la expresién, a la
simbolizacién y a la descentracién, factores todos ellos
necesarios para acceder al pensamiento operatorio.
Para ello, vamos a disponer de un lugar privilegiado
que es la sala de psicomotricidad en la que se va a instalar un dispositivo
espacial y temporal variable en funcién del momento madurativo
de los niños.
A nivel práctico podemos distinguir varias etapas:
1- Del nacimiento a la adquisicién de la marcha.
2- De la marcha a la carrera.
3- Después de la carrera.
1ª etapa: DEL NACIMIENTO A LA MARCHA
En esta etapa hay que tener presente que, tan importantes
como los momentos específicos de las sesiones de psicomotricidad,
son todos los momentos de relacién con el bebé que se establecen
en cada una de las actividades de la vida diaria. Las personas que se
ocupan del niño deben proporcionar una calidad de relacién
que se materializa en una actitud psicomotriz, presente en todas las actividades
que se realizan con el niño, por ejemplo la manera de cogerle en
brazos, de sostenerle, de manipularle, de cambiarle, darle de comer. Toda
la seguridad afectiva posterior va a venir determinada por la calidad
de relacién vivida durante todas estas actividades de la vida diaria.
Es fundamental establecer una dinámica de comunicacién
con el bebé; comunicacién a través de la mirada,
la voz, el tono..., en cuanto el niño entra en comunicacién,
entra en accién y pone en marcha toda una dinámica motriz.
Quiero hacer especial hincapié en la manera de SOSTENER al bebé.
El bebé para sentirse seguro necesita sentir su cuerpo bien contenido.
La parte anterior del cuerpo está contenida por la cara y más
específicamente por la mirada de la madre o del educador que hace
sus funciones. Pero la parte posterior no está contenida, por eso
es necesario sostener la parte posterior, para evitar la angustia de vacío;
esta contencién solo se la pueden dar los brazos y el cuerpo del
adulto ya que toda la musculatura vertebral de la parte posterior es hipoténica
desde antes del nacimiento. Al dar al niño un soporte firme en
su parte posterior, hay una reaccién interesante, el niño
os mira, se siente seguro y libera el movimiento de los miembros superiores,
es decir, se establece una comunicacién y se inicia un proceso
de transformacién recíproca del que ya, hemos hablado. Hay
una estrecha relacién entre la calidad del sostén posterior,
la mirada y la calidad de alimentacién. Un niño bien sostenido
se alimentará correctamente.
Si nos centramos en los aspectos mas especificamente
psicomotores, las condiciones necesarias para propiciar el desarrollo
armonioso del niño son:
- Seguridad afectiva
- Comunicacién
- Placer del movimiento en libertad
Para ello disponemos de un espacio organizado de una
cierta manera y unos principios para el trabajo psicomotor.
.
ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO-
Es indispensable que los bebés estén en
el suelo el máximo tiempo posible, lo mas libres de ropa posible
para poder moverse con facilidad. El niño debe permanecer en el
suelo siempre que no esté comiendo, durmiendo o en momentos de
aseo, pero nunca solo, siempre con otros niños.
En el espacio debe haber superficies duras y superficies
blandas. Debe haber colchonetas grandes, planos inclinados y ondulados,
desniveles que produzcan rupturas ténicas en los niños,
cojines de plástico que permitan empujar. Debe ser un espacio unificado,
organizado bajo el criterio de la seguridad física y afectiva,
que invite a experimentar todas las posibilidades de movimiento propias
de la edad. También se puede disponer de objetos pequeños,
simples, como aros pequeños de caucho o pelotas de goma espuma
u otros objetos que el niño puede coger y llevarse a la boca sin
peligro.
PRINCIPIOS DEL TRABAJO PSICOMOTOR ENTRE 0-18 MESES-
1- COMUNICACIÓN-
Ya hemos explicado la importancia de la comunicacién
a través del tono, la voz y la mirada. Es fundamental que la mirada
del niño encuentre a la del educador porque siempre que esto ocurre
hay un despertar motor y el niño se pone en accién. Cuanto
más placer desprenda la mirada del adulto (madre, padre o educador,)
sobre la accién del niño, mas estimulado se va a sentir
el niño para repetirlas. Dicho de otra manera, el niño va
a repetir su accién porque se da cuenta que agrada a las personas
que le rodean; se siente eficaz porque transforma a sus padres y estos
se quedan maravillados por los progresos de su bebé. Esta gratificacién
mutua es fundamental para el futuro del niño. Años mas tarde,
cuando pongáis a un niño a dibujar, o a modelar con plastilina
y oigáis decir: "yo no sé que hacer", "yo no puedo", debéis
pensar que es un niño que no ha sido suficientemente mirado con
placer, que no ha recibido este espejo de placer de su accién cuando
era más pequeño y por tanto no tiene confianza en poder
transformar nada eficazmente sobre el mundo exterior.
No hay que olvidar que en esta etapa estamos hablando
de acciones muy sencillas como pasar de boca arriba a boca abajo, intentar
coger un objeto, golpear un objeto con otro, dar palmitas, saludar, etc.
estoy segura de que todos tenéis la experiencia de como vuestra
mirada y vuestra presencia son estimulantes para el niño.
2-FAVORECER LA MADURACIÓN DEL TONO a partir
de:
a- Empujar el suelo con los miembros inferiores, ya
sea apoyado sobre algo en posicién vertical, lo cual favorece sobretodo
la maduracién del tono de equilibracién, o bien deslizándose
sobre la espalda a partir de empujar el suelo con los pies.
b- Realizar estimulaciones laberínticas. Las
manipulaciones del cuerpo del niño en el espacio estimulan el laberinto
y sitúan al niño en una dinámica de placer sensoriomotor
global. Ciertas manipulaciones rápidas, incluso fuertes, producen
rupturas ténicas que proporcionan al niño un placer inmenso,
observándose un despertar ténico excepcional Todos conocéis
el placer que sienten los niños al ser lanzados al aire y cogidos
después con fuerza. Mediante estas rupturas ténicas el niño
descubre un gran júbilo, ríe a carcajadas, sus sentidos
se despiertan y vive momentos de extraordinaria comunicacién a
nivel ténico y emocional.
3-FAVORECER EL DESARROLLO DE LA INTENCIONALIDAD MOTRIZ.-
A partir del momento en que el niño descubre
los objetos de su entorno, debe poder realizar todas las experiencias
posibles para llegar a los mismos; todo su cuerpo desde la punta del pié
a los dedos de la mano participa en la búsqueda del objeto. Cuando
estamos con los bebés vemos como todo su cuerpo participa del deseo
de ir a coger el objeto, porque todo su cuerpo está en tensién.
Es importante que el bebé llegue a actuar hasta el máximo
de su propia tensién para coger el objeto, llevárselo a
la boca, distenderse y actuar sobre el objeto, a través de la boca
para conocer el objeto...
Todo ello constituye un esquema de accién; la
transformacién ténica, sensorial, emocional y cognitiva
favorece la memorizacién de los esquemas de accién. Ni que
decir tiene, que cualquier interrupcién de este proceso tiene consecuencias
negativas en el proceso de maduracién hacia la autonomía
de los niños.
4-TRABAJAR LA ENVOLTURA CORPORAL-
Esto puede hacerse durante la sesién o aprovechando
los diferentes momentos de aseo y cambios que se producen a lo largo del
día.
La envoltura corporal por excelencia es la piel. Trabajar
la envoltura es dar masajes al cuerpo del niño. Hay que prestar
especial atencién a la espalda ya que al tener menos receptores
sensoriorales es una zona de sombra que se integra con mas dificultad
en la unidad corporal. Se puede por tanto dar masaje en la espalda para
producir un despertar sensorial. Este masaje hay que continuarlo en los
miembros superiores e inferiores para favorecer la mielinizacién
y la eliminacién de tensiones. Este trabajo sobre la piel y la
musculatura contribuye a unificar las diferencias ténicas entre
las diferentes partes del cuerpo: hemicuerpo superior e inferior, hemicuerpo
derecho e izquierdo. es ,por tanto un elemento importante para ayudar
al niño pequeño a crearse su unidad corporal.
2ª etapa- DE LA MARCHA A LA CARRERA-(18 MESES A TRES
AÑOS)
Si permitimos al niño realizar sus experiencias
motrices de una manera libre desde el nacimiento hasta ponerse de pié,
veremos que todos los niños pasan por las mismas etapas tal como
estudié Emii Pickler y explicé en su libro "El movimiento
en libertad". ¿Cuáles son estas etapas?:
1º Movimiento- paso de boca arriba a boca abajo.
2º " - reptar
3º " - gatear
4º " - agarrarse para ponerse de pié.
5º " - postura de pié- caminar
El bebé hace muchos esfuerzos para llegar a ponerse
de pié, es un momento de tensién y de fuerte emocién
para él, cuando después de agarrarse a algo consigue la
postura erecta. La postura erecta es la postura humana por excelencia
y a partir de ella el niño va a cambiar su tono, su emocién
y su forma de ver el mundo. Al dar sus primeros pasos el niño anda
como un pato, su cara se cierra, no tiene emociones visibles y durante
un largo periodo de tiempo todo su esfuerzo se concentra en conquistar
el equilibrio y dominar las situaciones de desequilibrio.
Por otra parte, el inicio de la conquista del espacio
hace mas patente la ausencia de la madre por lo que los juegos simbélicos
o presimbélicos que reaseguran esta pérdida afectiva, hacen
su aparicién. Me estoy refiriendo a los juegos de llenar y vaciar,
aparecer y desaparecer, abrir y cerrar, agrupar y dispersar, juegos que
realizan todos los niños del mundo en esta etapa de su vida.
No hay que olvidar que esta etapa es muy rica en cuanto
a acontecimientos psicolégicos; el niño accede a una cierta
nocién de identidad, a la permanencia de los objetos internos y
externos, aparece el lenguaje, y todo esto se acompaña de una gran
riqueza de acciones y sobretodo de una gran curiosidad y necesidad por
parte del niño de experimentar y de repetir sus acciones por eso
es una edad muy "movida". Encauzar este movimiento para que el niño
pueda desarrollar toda su capacidad de accién es el reto de la
pedagogía en esta edad.
Pongamos un ejemplo de la riqueza de contenidos que
se encuentra en una accién aparentamente simple. Un niño
en torno a los dos años está construyendo una torre de cubos,
lo hace con cuidado y concentrado en ello. En un momento dado, el niño
tira la torre con la mano, ríe, dispersa los cubos y vuelve a empezar.
Esta accién que se acompaña siempre de una fuerte emocién,
tiene componentes cognitivos- agrupar/dispersar,ordenar/desordenar, construir/destruir,
ordenacién espacial y temporal, -pero a la vez la torre que hace
el niño es una representacién de sí mismo, un juego
con el equilibrio y el desequilibrio, su propio equilibrio y desequilibrio
y en consecuencia con sus propios fantasmas de destruccién.
ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO-
Por todo lo anteriormente expuesto, el espacio deberá
organizarse en esta etapa de manera que favorezca al máximo el
placer sensoriomotor a partir de actividades como reptar, gatear, subir
y bajar desniveles, rampas, escaleras pequeñas, etc.
El espacio será un espacio único pero
estructurado. Debe haber zonas duras y zonas blandas.
Los materiales además de las colchonetas, cojines,
etc. es conveniente tener telas, cuerdas, y sobretodo baldes de diversos
tamaños, pelotas pequeñas u otros objetos que los niños
puedan meter, sacar, llenar, vaciar, lanzar, esconderse, etc.
Al niño no hay que enseñarle nada a nivel
de su motricidad pero si que hay que crear un medio espacial adecuado
donde pueda realizar el máximo de experiencias motrices en un marco
de seguridad.
3ª ETAPA- LA CARRERA- A PARTIR DE LOS TRES AÑOS-
Cuando el niño empieza a correr el niño
cambia. La carrera libera el cuerpo, libera el movimiento y libera la
emocién; al empezar a correr hay una liberacién de las piernas
y los brazos, el cuerpo adquiere una fluidez y el niño progresa
muy rápidamente en actividades de coordinacién como por
ejemplo la presién. La cara se abre, aparece la risa y la expresividad
facial se enriquece.
Simultáneamente a la carrera suele aparecer otro
índice universal de maduracién neuromotriz y psicolégica
que es el placer de la caída. El niño puede jugar a perder
el equilibrio porque ya lo tiene adquirido. Puede jugar a perder sus límites
en el espacio porque tiene adquirida su unidad corporal y esto se manifiesta
también en otros niveles de simbolizacién como son, decir
"yo" a nivel de lenguaje o dibujar el círculo a nivel de la representacién
gráfica.
A partir de esta edad empiezan a manifestarse las diferencias
entre la expresividad motriz de los niños y de las niñas.
En efecto, una vez constituida la unidad corporal surge el miedo a la
pérdida de parte de su integridad corporal y los mecanismos de
compensacién que acompañan a estos miedos originan una expresividad
diferente en los niños y en las niñas. Así mientras
los niños tienden a dirigir toda su impulsividad hacia el exterior
y a utilizar objetos que prolongan su cuerpo, como palos, espadas, fusiles,
las niñas tienden a rodear su cuerpo con los objetos- la muñeca-.
La niña tiende a un movimiento centrípeto lento que a nivel
interno va a favorecer su capacidad de interiorizacién. Por lo
tanto no es extraño que a esta edad la niña sea mucho más
atenta que un niño.
LAS SESIONES DE PSICOMOTRICIDAD.
A partir de esta edad podemos instalar el dispositivo
Aucouturier por excelencia para las sesiones de psicomotricidad que combina
una pedagogía de espacios y tiempos.
La pedagogía de las sesiones de práctica
psicomotriz se basa en la reproduccién, en un espacio y un tiempo
concreto, del itinerario madurativo del niño. Para ello se establece
una distribucién de espacios en la Sala de Psicomotricidad y unas
estrategias para la evolucién de las sesiones.
La Sala se divide en dos espacios:
1- Espacio para la expresividad motriz.
2- Espacio de representacién.
La sesién de práctica psicomotriz educativa
consta de tres tiempos.
1- Tiempo de vivencia y accién.
2- Tiempo del cuento.
3- Tiempo de representacién.
¿Por qué dos espacios y tres tiempos?, ¿Cuales
son los principios que sustentan esta pedagogía?. Porque el niño
debe desarrollar sus representaciones mentales y sus emociones a partir
del movimiento, pero no puede quedarse ahí, porque el proceso de
maduracién psicolégica no ha terminado; hay que ayudarle
acceder a un nivel de representacién mental diferente en el que
ya no hay movimiento sino imágenes. El cuerpo se detiene y comienza
el movimiento de imágenes y en consecuencia el pensamiento.
1- ESPACIO PARA LA EXPRESIVIDAD MOTRIZ-
En este espacio se desarrollan los dos primeros tiempos.
Los materiales necesarios son colchonetas, cojines,
espalderas, bancos suecos, toboganes, estructuras que favorezcan el salto
en profundidad, telas de varios colores y tamaños, cuerdas,...
Este espacio está creado para liberar la expresividad
motriz; es el lugar para vivir el placer sensoriomotor, el placer de la
accién, del juego y del movimiento. El niño va a poder correr,
saltar, dar volteretas, rodar, caer, girar, etc. en definitiva entrar
en una dinámica de placer sensoriomotor que es el punto a partir
del cual evolucionan todos los bloqueos del niño. Vivir la expresividad
motriz favorece la liberacién de emociones y de las representaciones
mentales inconscientes ligadas a los recuerdos de las experiencias del
cuerpo y de las imágenes que nacen de estos recuerdos.
Este es también el espacio en el que progresivamente,
según la edad, va a ir apareciendo el juego simbélico. El
niño a través de la expresividad motriz libera también
sus afectos y emociones pudiendo "jugar" sus imágenes conscientes
e inconscientes a partir de juegos de identificaciones con personajes
omnipotentes, o agresores, juegos de roles, juegos de apropiacién
de la realidad, etc... Puede jugar la construccién y la destruccién
simbélica de sí mismo, del otro, del espacio, en definitiva
de un entorno que es modificable y transformable pero a la vez estable
y permanente. Este fondo de estabilidad y permanencia que proporciona,
por un lado el dispositivo espacial de la sala, y por otro la presencia
del educador, es lo que permite al niño evolucionar sin miedo y
liberar su expresividad motriz sin restricciones.
Aparece igualmente la capacidad de organizar el espacio
a partir de construcciones, así como los primeros juegos colectivos.
El primer tiempo vivido en este espacio es esencial
para la liberacién de las representaciones, las emociones y los
afectos. Vivir el placer sensoriomotor fundamenta la originalidad de la
práctica psicomotriz ya que de aquí arranca el proceso para
convertirse en persona unificada. Cuando el niño juega a caer,
saltar, dar volteretas, o cuando está jugando al lobo o a superman
está dando cuerpo a sus representaciones inconscientes, a sus miedos
y a sus fantasías, todo ello ante la mirada atenta del adulto que
acepta y reconoce las acciones del niño en un marco de seguridad
afectiva. Por eso, en este primer tiempo el tono de la sesién es
muy alto, el ritmo de actividad suele ser fuerte y la emocién está
siempre presente.
En este primer tiempo estamos pues en un primer nivel
de simbolizacién expresado por la vía del movimiento. Cuando
todo este primer tiempo se ha vivido plenamente, es el momento de ayudar
al niño a pasar a otra dimensién de la simbolizacién
en la que ya no haya movimiento, porque ayudar al niño a abstraerse
del movimiento es favorecer la representacién mental. Por ello,
se ha introducido este segundo tiempo, que se vive en el mismo espacio,
y que consiste en contar un cuento.
En el segundo tiempo contamos una historia relacionada
directamente con las emociones de los niños y con sus fantasmas,
por ejemplo el miedo al abandono, a la devoracién, etc. Pueden
ser cuentos conocidos, o historias inventadas o bien historias que vamos
inventando a lo largo de diferentes sesiones. Estas historias deben ser
contadas en tiempo presente, para que el niño pueda identificarse
con el protagonista. Es importante que el educador sepa "escenificar"
bien la historia, de tal manera que los niños puedan ir realizando
a la vez los mismos movimientos mentalmente. En este momento el niño
se unifica; sensaciones, emociones, tono y pensamiento se unifican a partir
de las imágenes mentales. La manera como los niños son capaces
de escuchar el cuento, es un índice claro de su capacidad de descentracién
emocional y en definitiva de su madurez psicolégica.
Podríamos decir que si en el primer tiempo hay
una reaseguracién profunda por medio del movimiento, en el segundo
tiempo podemos decir que se da una reaseguracién profunda por medio
del lenguaje. Por ejemplo, en el primer tiempo el niño juega al
lobo; en el segundo tiempo el niño puede representarse el lobo
sin actuar, abandona el movimiento, y mentalmente está preparado
para otras representaciones. Esto se corresponde una vez mas con la dinámica
de maduracién del niño que al acceder al lenguaje rebaja
su actividad motriz. La historia favorece un movimiento del pensamiento
en el que el niño puede abstraerse del movimiento real. La paradoja
es que el pensamiento es en definitiva un movimiento de imágenes,
y para llegar a él, hay que abandonar las raíces del pensamiento
que están en el movimiento.
2-ESPACIO DE REPRESENTACION-
En este espacio contamos con construcciones de madera
de varias formas y tamaños, plastilina, elementos para dibujar...
Es un espacio que debe estar bien delimitado dentro de la sala y solo
puede utilizarse para realizar actividades de representacién.
La justificacién de este espacio está
prácticamente explicada en el apartado anterior. La historia es
una estrategia intermediaria que favorece el paso de la actividad motriz
a la actividad de representacién. En este espacio el niño
se distancia de las vivencias emocionales que ha tenido durante la sesién
y realiza una produccién gráfica, o una construccién
que tiene siempre una raíz en una vivencia reciente (sesién),
o lejana (su historia personal). En este momento de representacién
es importante escuchar con atencién el lenguaje que utilizan los
niños, las historias que acompañan a sus producciones, historias
que incluso pueden escribirse junto al dibujo, aunándose así
tres niveles de simbolizacién: dibujo, lenguaje y escritura.
EL EDUCADOR-
Unas palabras nada más antes de terminar para
referirme al educador.
Hasta aquí he intentado explicar los principios
metodolégicos de la práctica psicomotriz educativa adaptada
a distintos momentos madurativos del niño. Pero nada de lo anteriormente
expuesto tendría sentido sin la presencia del educador junto al
niño. Reiteradamente hemos hablado de la importancia de la presencia
del adulto de referencia para la maduracién del niño. Las
circunstancias sociales hacen que los niños pasen cada vez mas
horas en las escuelas infantiles y por lo tanto una actitud coherente
por parte de los educadores es indispensable no solo para la maduracién
de los niños sino para el bienestar general dentro de la escuela
infantil.
Lo primero que todo educador debe ser consciente es
que transmitimos y educamos a partir de lo que "somos" y no de lo que
decimos. Esto es particularmente evidente con los niños pequeños
que son especialmente sensibles a los cambios emocionales y de actitud
de las personas que les rodean.
El principio fundamental que todo educador debe integrar
es el de la seguridad afectiva de los niños. Si no hay seguridad
afectiva es imposible la evolucién y los aprendizajes, pues solo
la seguridad afectiva permite la tensién necesaria para los aprendizajes.
Esta seguridad se transmite a partir de la actitud corporal- actitud psicomotriz-,
del ajuste ténico emocional, de la empatía o capacidad de
ponerse en el lugar del niño, de comprender lo que nos dice aunque
no tenga palabras. sin olvidar la capacidad de disfrutar con los niños
de una manera auténtica.