Este apartado pretende centrar el marco
teórico a partir del cual propondremos una forma de intervención
psicomotriz para la optimización del desarrollo integral del niño-a.
a) El niño como ser global:
El niño es un ser global. Entendemos
por globalidad la interrelación entre los aspectos motrices, cognitivos,
afectivos (conscientes e inconscientes) y sociales de la persona.
Esta interrelación existe durante
toda la vida, pero especialmente en la etapa 0-6 años, momento
en el cual el niño actúa como una totalidad. A partir de
los 6-7 años, el niño se abre al pensamiento operatorio
y puede descentrarse de sus emociones.
Tal como afirma Bernard Aucouturier,
esta globalidad del niño se pone de manifiesto en todas sus acciones,
reflejo de su mundo interno, vinculadas emocionalmente con el mundo exterior,
en su relación con los otros, con el espacio y con los objetos.
El niño accede al conocimiento mediante sus acciones y con una
carga técnico-emocional, de forma global, hecho que se manifiesta
en lo que él llama la expresividad psicomotriz.
A partir de esta globalidad podemos
comprender los deseos, las carencias, las posibilidades de comunicación
y de conceptualización del niño, entendiéndolo todo
como la expresión de una totalidad.
Actualmente, los distintos autores
coinciden en afirmar que es necesaria una educación psicomotriz
en la etapa de educación infantil y primer ciclo de primaria.
La consideración del niño
como una totalidad y la importancia del movimiento, la acción y
el descubrimiento en las primeras edades es hoy reconocida por todos y
así lo encontramos en la formulación del Diseño Curricular
Base para educación infantil.
b) Importancia de la educación
psicomotriz de 0 a 6-7 años:
La educación psicomotriz es
una practica educativa, preventiva o de ayuda, que a partir de la vivencia
del cuerpo, el movimiento y la acción y su posterior representación,
actúa sobre la globalidad del niño o niña, para que
aprenda a conocerse a si mismo y a relacionarse con los otros, con los
objetos, con el espacio y con el tiempo, lo que le permitirá acceder
a los aprendizajes escolares.
La educación psicomotriz ayuda
al niño a:
* Vivenciar y conocer su propio cuerpo
y poder ir elaborando su totalidad corporal como una síntesis entre
la imagen y el esquema corporal (Aucouturier);
* Conseguir y consolidar las coordinación
dinámica general y específica;
* Afirmar su lateralidad;
* Situarse en el espacio y en el tiempo;
* Sentirse más seguro emocionalmente,
como consecuencia de conocer sus propios limites y capacidades;
* Comunicarse e integrarse a nivel social
con los compañeros;
* Preparar las capacidades necesarias para
los aprendizajes escolares básicos.
La vivencia del movimiento y la relación
con el medio que lo rodea constituye la base de los aprendizajes escolares,
especialmente los de la lectura, la escritura y el cálculo. Tal
como afirma Piaget, el movimiento es la base de la inteligencia. A partir
de la acción motriz el niño llega a la operación
mental.
Por otro lado, cuando pensamos en la
interrelación que hay entre el movimiento y las emociones, podemos
afirmar que cualquier concepto que el niño debe aprender tiene
una resonancia afectiva importante y primitiva. Es necesario que el niño
primero tenga una vivencia de los conceptos y a partir de aquí
estar disponible para poderlos interiorizar y simbolizar o representar.
2) PROPUESTA DE EDUCACIÓN PSICOMOTRIZ
a) Objetivos
El objetivo general es favorecer el
desarrollo global y armónico del niño. Mas concretamente,
pretendemos:
* Acompañar el camino de comunicación
y expresión,
* Facilitar la salida del pensamiento mágico
para evolucionar hacia un pensamiento más significativo y más
operativo,
* Dar sentido a las acciones de los niños
como resultado de las emociones, conflictos, deseos y necesidades,
* Hacer que el niño pueda vivenciar
los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales del área
de identidad y autonomía personal, para poder interiorizarlos y
favorecer su aprendizaje significativo,
* Facilitar la coherencia pedagógica,
de tal manera que las actividades en las sesiones de psicomotricidad preparen,
completen y consoliden los aprendizajes que el niño debe conseguir
a lo largo del curso,
* Potenciar los aspectos sociales de la
relación en un ambiente de actividad lúdica.
b) Fases de la sesión
* Fase previa: preparación de
los rincones de la sala:
Preparamos distintos rincones con los
materiales en función de los objetivos y contenidos (que veremos
más adelante) a trabajar en la sesión: rincón de
salto y caída, rincón de equilibrios y desequilibrios, circuitos,
etc.
* Fase de acogida:
Después de descalzarse, los
niños se sientan. Es el lugar y el momento de saludarse y de recordar
las normas de la sala, como respetar los juegos de los otros o procurar
no hacerse daño. también se habla de lo que podrían
hacer en la sesión, y posibles recuerdos de vivencias anteriores
* Fase de descarga:
Se les propone una actividad que sirva
de desbloqueo técnico y hacemos ejercicios para preparar el cuerpo
para la actividad, como correr alrededor de los cojines, hacer ejercicios
respiratorios o de ritmo, entre otros.
Seguidamente pasamos a la descarga
de tensiones, ya sea destruyendo una torre de cojines o tirándose
a una piscina llena de pelotas.
* Fase de actividad motriz espontánea:
Los niños y niñas van
a los distintos rincones que se han preparado, según su deseo y
su capacidad. Suelen pasar por todos los rincones y, si no es así,
procuramos motivarlos y animarlos para que vayan experimentando, hasta
que se llega a proyectos más concretos.
Uno de los aspectos que es necesario
cuidar es la seguridad física y afectiva dentro de la sala.
En esta fase de la sesión es
donde pasan la mayor parte del tiempo, unos 25 a 30 minutos.
* Fase de juego simbólico y de
construcción:
Ponemos a disposición de los
niños otros materiales: telas, cuerdas, cojines, aros...., que
de alguna manera favorecen la dimensión simbólica y de construcción.
Esta fase de juego simbólico tiene una duración de 10 a
15 minutos.
* Fase de análisis:
Contando con la disponibilidad del
niño debida a todo el trabajo previo, en esta fase podemos aprovechar
para hacer juegos más dirigidos para reforzar contenidos conceptuales
vinculados a la programación de aula: formas, colores, dimensiones,
nociones espaciales básicas, etc.
Estas dos fases, la del juego simbólico
y construcción y la de análisis, no se trabajan en cada
sesión. Según nuestro proyecto y la conexión con
la programación de aula, las introducimos puntualmente.
* Fase de despedida:
Esta fase va precedida de alguna actividad
que agrupa a los niños. Puede ser una relajación, hacer
un tren al ritmo de una canción, etc. Aprovechando que se calzan,
comentamos brevemente algunas incidencias y nos despedimos.
* Fase de representación y lenguaje:
Esta fase tiene una gran importancia
parar interiorizar los conceptos vivenciados durante la sesión,
además de ejercitar la memoria, la representación y la conceptualización.
Tiene lugar en el aula con la maestra o el maestro, los niños y
niñas hablan, dibujan, modelan en relación con las vivencias
de la sesión.
De esta manera ayudamos al niño
a transformar las sensaciones y percepciones hacia niveles de conscienciación,
simbolización y conceptualización. De la acción al
símbolo pasando por la verbalización.
c) Aspectos metodológicos
y estratégicos
La educación psicomotriz que
proponemos parte de la Práctica Psicomotriz de Bernard Aucouturier.
También integra aportaciones de otras líneas de trabajo,
y tiene en cuenta los contenidos del Diseño Curricular Base para
Educación Infantil. Pretendemos un abordaje globalizador y significativo
de los aprendizajes.
Es una metodología básicamente
no dirigida, aunque puede serlo en momentos puntuales, y parte de la actividad
motriz espontánea del niño.
El eje central de la propuesta es trabajar
desde la globalidad del niño o niña a partir de:
* Valorar los aspectos positivos y las
capacidades aceptando también las limitaciones: partir de lo
que el niño sabe hacer y no de lo que no sabe hacer, proponiendo
situaciones para que el niño desarrolle sus posibilidades de maduración
psicomotriz.
* Partir de la espontaneidad y del deseo
del niño para llegar al aprendizaje significativo: ayudarlo
a evolucionar a partir de sus propuestas y de su actividad, canalizar
sus producciones para que pueda conseguir su autonomía. Trabajar
a partir de las áreas fuertes del niño (lo positivo) para
posibilitar la creación de nuevas estructuras psicomotrices que
se apoyen en las ya existentes. Para que el aprendizaje sea significativo
es necesario que sea vivenciado por el niño y que parta de su deseo.
No seguir ejercicios programados sin ninguna resonancia técnica
para el niño.
* Respetar el ritmo del niño:
su originalidad, esperando el momento que el niño está preparado
para el aprendizaje, no forzándole.
* Respetar el itinerario evolutivo que
siguen las conductas psicomotrices: trabajando primero los aspectos
más técnicos y más vinculados a las emociones (tono,
respiración, relajación, equilibrio) para pasar más
tarde a aquellos más vinculados a los aspectos cognitivos y a los
aprendizajes escolares (esquema corporal, orientación especial
y temporal).
* Facilitar la experimentación
motriz y afectiva
* Ayudar a verbalizar las vivencias,
lo cual ayuda a los niños a interiorizar las sensaciones y estructurar
su pensamiento
* Delimitar el tiempo y el espacio
* Modificar los procedimientos
* Favorecer la creatividad
* Articular las sesiones en función
de: Vivencia-análisis-representación.
d) Papel del educador:
La actitud del educador es fundamental
para el desarrollo de las sesiones de psicomotricidad. Además de
tener en cuenta los aspectos metodológicos comentados antes, la
actitud del educador debe caracterizarse por:
* Relación asimétrica:
hacer "como si" y observar las reacciones de los niños; el adulto
no es un niño más, sino que entra en el juego del niño
para facilitarle su evolución. Cuando el niño quiere implicar
al adulto en su juego hay dos peligros: o que no se implique o que se
implique tanto que convierta el juego en una realidad.
* Símbolo de ley: Hay
que dar unas normas suficientes, como procurar no hacerse daño,
respetar las construcciones de los otros, etc. Es necesario que las consignas
sean breves y claras.
* Seguridad física y afectiva:
dar seguridad y confianza al niño a través de nuestras propuestas,
la palabra, la postura, la ubicación, y haciendo segura la sala.
Situar puntos de referencia estables en la sala. El orden en la sala viene
dado por el espacio, los materiales, la seguridad física, pero
también por el tiempo de la sesión (rituales de entrada
y salida).
* Empatía técnica:
capacidad de escucha y de espera, y de ponerse en el lugar del Niño.
Aprender a hacer una lectura técnica del cuerpo del Niño
y observar su expresividad psicomotriz (su postura, su mirada, su voz).
Esto nos lleva a la aceptación
de las diferencias de los niños. Aceptar al niño tal como
es y no tal como nos gustará que fuese. Entender al niño
de forma más amplia y globalizadora, acogerlo y respetarlo. Hay
niños a los cuales nos cuesta más aceptar, hay cosas que
están en nosotros y no en los niños (niños que nos
causan rechazo, etc.). A partir de la formación personal y conociendo
la historia del niño nos ayudará a aceptarlo. La conducta
del niño es fruto de su historia personal. Tras la actitud agresiva,
inhibida, etc., del niño hay un deseo profundo de comunicación
y de bienestar. Esta actitud de empatía nos permite comprender
al niño y adecuar nuestras propuestas.
* Disponibilidad: hace referencia
a una manera de estar y se da a nivel intelectual, afectivo y corporal:
el tono, el gesto, la mirada, la voz.
* Marco de trabajo contenedor:
en el sentido de ser y construir un marco referencial claro y que pueda
englobar y acoger las distintas propuestas que surjan. Se trata de dejar
hacer sólo aquello que podemos contener.
3) EL DISEÑO CURRICULAR
BASE PARA EDUCACIÓN INFANTIL Y LA PSICOMOTRICIDAD:
La primera gran unidad de significación
es uno mismo. A partir de su propio conocimiento, de sus propias vivencias
emocionales y de su acción, el niño estimula la verdadera
actividad cognoscitiva que lo lleva a establecer una relación con
el entorno más inmediato descubriendo cuáles son sus posibilidades
de actuar e intervenir en él.
Esta intercomunicación
niño-entorno se realiza a través de unos instrumentos que
son los lenguajes verbal, musical, corporal, plástico y matemático.
En el área de identidad
y autonomía personal la mayoría de los contenidos corresponden
a aspectos psicomotrices y el resto también puede trabajarse por
medio de la psicomotricidad.
En el área de descubrimiento
del medio físico y social, la psicomotricidad puede preparar y
desarrollar determinados contenidos procedimentales.
En relación con el área
de comunicación y representación, es necesario recordar
que el lenguaje corporal, técnico, gestual y postural es la base
de los demás lenguajes y constituye la esencia del trabajo psicomotriz.
también el lenguaje verbal, plástico y musical tienen su
lugar en distintos momentos de la sesión.
Otros aspectos del Diseño
Curricular (D.C.) para la educación infantil se relacionan también
con la psicomotricidad, entendiéndola desde una perspectiva vivenciada.
Así podemos citar: los aspectos relacionales y afectivos, tener
una imagen ajustada y positiva de si mismo, descubrir las posibilidades
motrices, sensitivas y expresivas del propio cuerpo, darse cuenta de los
propios sentimientos, emociones y necesidades, comunicarlos a los demás
y darse cuenta y respetar los sentimientos, emociones y necesidades de
los otros, y la utilización de diversas formas de representación.
Todo esto lo trabajamos también desde la educación psicomotriz.
DISEÑO CURRICULAR BASE
ÁREA I
IDENTIDAD Y AUTONOMQA PERSONAL
- Conocimiento del cuerpo
y configuraci\n de la imagen de uno mismo
- Habilidades perceptivo-motrices
implicadas en la resolución de tareas de diversa Indole.
- Aspectos cognitivos afectivos
y relacionales implicados en actividades de la vida cotidiana.
- La salud: habilidades básicas
relacionadas con el cuidado de uno mismo y del entorno.
a) Contenidos del área
de identidad y autonomía personal
En las sesiones de educación
psicomotriz es necesario trabajar todos los contenidos procedimentales,
conceptuales y actitudinales que conforman el área de identidad
y autonomía personal.
Así pues, en estas sesiones
se tendrá en cuenta
* El placer en la experimentación
de sensaciones,
* El dominio y consciencia del propio
cuerpo,
* La percepción y discriminación
de las cualidades de los objetos y sus distintas utilizaciones,
* La imitación, simbolización
y creación,
* El equilibrio estático y
dinámico,
* El control postural,
* La coordinación dinámica
general y especifica,
* La lateralidad,
* La orientación y organización
en el espacio,
* La percepción temporal,
* La expresión de sentimientos
y estados de ánimo,
* La propia seguridad, capacidad de
autoestima y autonomía,
* La salud y el cuidado de uno mismo
y del entorno.
b) Conexión de la programación
de aula con el trabajo corporal en la sala de psicomotricidad:
Esta manera de entender la educación
psicomotriz tiene que ser coherente con el resto de aprendizajes escolares,
proyectando la sesión teniendo en cuenta las programaciones y vinculando
los contenidos del aula con las propuestas concretas de trabajo en la
sala de psicomotricidad.
Es importante también la
forma de evaluar los contenidos trabajados en las sesiones. Utilizamos
la observación sistemática a partir de los distintos parámetros
psicomotrices y de los contenidos que el niño debe aprender.
CONCLUSIÓN:
Las personas que os hemos presentado
esta propuesta hemos querido incidir en la importancia de una educación
psicomotriz en la etapa de educación infantil y primer ciclo de
primaria que lleve al niño al conocimiento del propio cuerpo, para
pasar después al conocimiento del espacio que lo rodea y acceder
a la representación, trabajando desde la globalidad.
Del placer de hacer al placer
de pensar.
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