Talleres y rincones en Educación Infantil: su vigencia psicopedagógica hoy
"Cada día nos traen noticias
sensacionales que nosotros aprovechamos en nuestras charlas y actividades:
Así es cómo nuestro pequeño universo y nuestros trabajos
se ven animados por la fiesta futura (Proximidad del Año Nuevo).
…Pasamos revista a nuestros cuadernos, libros, loterías, en fin,
a todo el material. Anotamos nuestros proyectos en un carnet, comprobando
que si queremos conservar limpio y hermoso nuestro material, debe ser
cuidado constantemente. Trabajamos en grupo, mientras vamos dando repaso
a nuestras canciones. A parte de los participantes activos, hay, como
de costumbre, un vaivén de niños que nos acompañan
en los estribillos. Nos dedicamos con placer a esta tarea. Aún
el trabajo cotidiano se nos hace atractivo"
(Pougatch-Zalcman, L., 1971: 49-50)
1.- ACTUALIDAD DE LA METODOLOGÍA COOPERATIVA.
En los últimos años
estamos asistiendo a un fenómeno en alza, la progresiva potencialización
del período de Educación Infantil, ante el creciente reconocimiento
tanto científico (investigaciones antropológicas, biológicas,
psicológicas, pedagógicas), como social (cambios en la vida
familiar, incorporación de la mujer al trabajo), confirmándose
así su valor en el proceso de configuración del desarrollo
humano.
Desde instancias diferentes, sociales,
familiares, o científicas (Medina, 1995) se reclaman, insistentemente,
decisiones políticas orientadas a ensanchar y consolidar la Educación
Infantil para toda la población infantil, entendiéndola
como una etapa inicial, pero no considerada como un débil apéndice,
por abajo, del sistema educativo, prioritaria, sustantiva del sistema
educativo nacional, previa al período de escolaridad obligatoria,
e imprescindible para la mejora de la calidad de la educación de
nuestra compleja sociedad actual.
El currículo de Educación
Infantil no se define por un método concreto ya que no existe una
manera concreta de articular la intervención pedagógica.
La L.O.G.S.E dice (Art.9, Cap. I: Educación Infantil): "La metodología
educativa se basará en las experiencias, las actividades y el juego,
en un ambiente de afecto y de confianza".
La Escuela Infantil,
para conseguir sus objetivos, se vale de los rincones, talleres, los proyectos,
los temas, lo cotidiano, etc, sin querer decir que funcionen al mismo
tiempo varias metodologías.
Merece la pena resaltar algunas
de las experiencias que a principios de siglo XX se llevaron a cabo,
ofreciendo al conjunto de la población infantil sus modelos didácticos
y que han aportado muchas de las bases en las que actualmente se basa
la Educación Infantil.
En nuestra cultura educativa actual
(Pujol Maura, 1996) todavía permanecen algunas de las ideas que
se iniciaron en el pensamiento fröebeliano, la importancia
del juego como actividad específica y primordial en la que se basará
un aspecto del desarrollo de la personalidad del niño; el contacto
con la naturaleza y el conocimiento del entorno más próximo;
la utilización de un material estructurado para conseguir unos
objetivos propuestos; la importancia de los lenguajes no verbales, etc.,
son exponentes del modelo que propuso Fröebel y que hoy en día
adquieren significado si tenemos en cuenta los objetivos propuestos en
la concreción del currículum.
En los últimos años,
el trabajo escolar en el aula convencional ha dado paso a otras soluciones
alternativas, basadas en un diseño polivalente, en el que el espacio
y su organización, la distribución del tiempo, el uso del
material y el mobiliario adquieren un significado propio, siendo los
"rincones" y "talleres" una de las soluciones más aceptadas.
Los rincones/talleres tienen una larga
tradición en la escuela (Laguía-Vidal, 1987) y, aunque la
cuestión no es nueva, sí es actual. Autores enmarcados dentro
del movimiento de la Escuela Nueva, tales como Dewey, Pestalozzi y Freinet,
han hecho aportaciones al respecto.
Dewey cita, por ejemplo, más
de treinta actividades para realizar en la escuela, desde el trabajo con
madera hasta la narración de cuentos, pasando por la cocina, jardinería,
imprenta, dramatización o tejido.
Freinet, después de hacer el
estudio psicológico y social de las necesidades de los niños
de su época, fija en ocho los talleres especializados de trabajo:
cuatro a los que él llama trabajo manual de base y cuatro más
de actividad evolucionada, socializada e intelectualizada. Quiere llegar
a plantear la práctica escolar de una manera diferente a como hasta
entonces se había llevado, siendo el alumno el centro del aula,
el hacedor de su propio saber a partir de la experimentación y
la manipulación de los objetos. La práctica se convierte
en lo esencial y la colaboración de los escolares pone de manifiesto
la necesidad de una socialización dentro del grupo y de una organización
cooperativa de las aulas.
La organización cooperativa
de las actividades escolares tiene unos efectos más favorables
sobre el aprendizaje que la organización competitiva e individualista
en la que puede basarse la Pedagogía tradicional.
Basándonos en Vigy (1986) podemos
confrontar los efectos que producen sobre el alumno y el educador ambas
Pedagogías.
Análisis comparativo entre
la Pedagogía Tradicional y la Pedagogía Cooperativa.
PEDAGOGÍA
TRADICIONAL.
PEDAGOGÍA COOPERATIVA.
PARA LOS NIÑOS:
Pedagogía
colectiva: todos,
en el mismo momento, hacen la misma cosa y van al mismo ritmo.
Pedagogía
Personalizada:
trabajo individual, por grupos y colectivo.
Disciplina
autoritaria.
Disciplina
de confianza
basada en los intercambios y la comunicación.
Relaciones
de dependencia
hacia el maestro.
Relaciones
afectivas: se
trabaja con el educador (no enfrente de), entre todos se
buscan las soluciones, se colabora.
Objetivo:
impartir conocimientos.
Objetivo:
desarrollo del niño.
Actitud
de los niños
esencialmente pasiva.
Actitud
esencialmente activa.
Ninguna continuidad de vida: el adulto
decide y determina el contenido de las jornadas y de las "lecciones".
Continuidad
de vida: actividades basadas en los intereses. (No lecciones)
Pérdida de la costumbre de preguntar.
Desarrollo
de la expresión verbal,
soporte y motor de todas las actividades. Constantemente se anima
al niño a hablar, preguntar, a verbalizar sus acciones,
a reflexionar, a juzgar
Inadaptación:
los alumnos más lentos tienen un sentimiento de fracaso,
puesto que las actividades impuestas no corresponden a sus posibilidades,
lo hacen mal ya que hacen todos los mismos ejercicios.
Buena integraciónen
la sociedad, respeto de cada individualidad, confianza
en sí mismo.
PEDAGOGÍA
TRADICIONAL.
PEDAGOGÍA COOPERATIVA.
PARA EL EDUCADOR:
Ostenta todas las funciones: da los objetivos,
organiza, enseña, controla, mantiene la disciplina.
Funciones
compartidas con los
demás miembros del grupo (cooperación).
Desarrollo de todas las jornadas idénticas
(monotonía, desinterés).
Contenido de las jornadas y desarrollo en función
de experiencias vividas, de los materiales traídos por
el educador o los niños, por lo que las actividades
cambian constantemente.
Inmovilismo, rutina.
Renovación
constante de los
temas de las actividades.
Mundo cerrado a la vida, no hay evolución
con la vida exterior.
Apertura
a la vida y a la cultura permanente.
2.-TALLERES Y RINCONES
EN LA ESCUELA INFANTIL.
2.1.- Los Talleres.
2.1.1.- Modalidadesdiferentes.
El vocablo "taller" (Molinera,
1996), aplicado a la educación, procede del término
francés atelier, aunque su etimología se remonta
al latín vulgar astellarium, nombre con el que se designaba
el lugar donde se realizan los trabajo manuales.
El Taller se refiere (Gervilla
Castillo, 1995), en su concepción tradicional, a un aula
específica dedicada a unas actividades concretas, donde los alumnos
se dirigen, periódicamenteo no, turnándose
con el resto de los grupos. No existen alteraciones ni en la estructura
del espacio del centro, ni en el aula, ni tampoco en la continuidad profesor/
grupo. El taller es, en este caso una especie de "aula de recurso" de
uso común. Es el caso, por ejemplo, del taller de pretecnología,
el laboratorio, la biblioteca, etc…
Otra acepción generalizada
es aquella que remite a una distribución por talleres dentro
del aula (Trueba Marcano, 1989), pero no basada en una transformación
total del espacio en el centro. En ella, profesor y alumnos comparten
siempre el mismo espacio escolar, con la diferencia respecto al aula tradicional
de un planteamiento más abierto; tanto en su dimensión espacial
como en la temporal, así como en los fundamentos pedagógicos.
Suele estructurarse un tiempo para actividades comunes y otro más
amplio de libre elección en el que los niños se dirigen
de forma autónoma por los distintos talleres del aula, según
unas normas establecidas en común. Existe una terminología
más adecuada para esta concepción, es la ya clásica
de "rincones".
Otra variante a considerar determina
la simultaneidad de aulas y talleres, dividiéndose en el
tiempo el uso de ambos. Así, por ejemplo, por la mañana
utilizan las aulas normalmente cada grupo con su profesor y por las tardes,
sin embargo, el centro funciona por talleres, donde los niños se
dirigen bien con su profesor, bien de forma libre optativa e individual,
bien en forma de grupos organizados previo sorteo, etc…
Por último, otra acepción
serían los talleres a tiempo total o talleres integrales (Trueba
Marcano, 1989) todas aquellas experiencias basadas en la pérdida
total de la idea de aula, concebida ésta como espacio de exclusivo
uso, por un grupo de niños con su profesor, que van rotando a lo
largo de la jornada escolar según un horario establecido, destacando
características especiales como las siguientes:
El término hace alusión a una dedicación
completa, tanto en el tiempo como en el espacio.
Suponen una transformación total.
Por sus características, especialmente favorecedoras
de un desarrollo íntegro, cognitivo, afectivo, físico
y social de la personalidad, la inteligencia y la imaginación.
Al ser un modelo basado en la socialización,
posibilita de un modo óptimo el aprendizaje en interacción
con los demás: diferentes adultos y con los compañeros.
Al tener acceso a diversos materiales en distintos
espacios a lo largo del día, se fomenta el desarrollo de un gran
número de lenguajes expresivos.
Fomentan actitudes autónomas, al tener que
ocuparse los niños de tomar decisiones y responsabilidades en
muchos momentos del día.
Al ser un medio escolar abierto se facilita naturalmente
el contacto con las familias de los niños (en especial por medio
del taller de padres) y con el entorno (con intercambios, visitas, salidas
al barrio, etc).
Podemos especificar una definición
de taller más pedagógica, de la cual se puede desglosar
el sentido de esta metodología:
"El taller es una organización
de diversiones o de actividades educativas que utiliza la inteligencia
concreta, auxiliada por la motricidad manual, para la producción
de objetos. El taller tiende a dar las bases necesarias para el conocimiento
de una profesión o para la formación gestual e intelectual
indispensable para ocupar posteriormente un puesto de trabajo. Por extensión,
el término taller designa también el lugar en que se desarrolla
tal actividad o el grupo que se entrega a ella" (Vigy, L., 1.986:36).
Como indica el término "organización",
se sobreentiende que en el taller hay un orden, unas reglas, unas estructuras,
lo que hacen que no se improvise según la fantasía y que
debe responder a las necesidades e intereses de los niños, a fin
de que la actividad sea educativa y no represora, sino vivida en una expansión
alegre, como lo son las diversiones.
La clase-taller no debe limitarse
en ofrecer exclusivamente actividades pictóricas y manuales en
las que los niños, unos junto a otros, dibujen, pinten, recorten
o peguen; debemos instalar en las clases, talleres de expresión
escrita, de actividades matemáticas, un taller de iniciación
científica, a fin de que configuren su personalidad, la estructuren
firmemente y forjen su carácter.
Parte de un diseño complejo,
lugar en el que deben profundizar y ejercitarse la mano y la mente, afinar
la vista, la aplicación gráfica y pictórica, sensibilizar
el buen gusto y el sentido estético, realizar proyectos complementarios
de las actividades disciplinarias de la clase, ofrecer una variada gama
de materiales, instrumentos y técnicas de trabajo, favorecer argumentaciones
lógicas y creativas, familiarizarse con las semejanzas de los lenguajes
verbales y no verbales, etc., como recuperación de un niño
más rico en motivaciones e intereses.
2.1.2.- Objetivos.
Aprendizaje de una técnica determinada.
Interrelación grupal con todos los niños
de la Escuela Infantil.
Adquirir hábitos de respeto, limpieza y
orden.
2.1.3.- Ventajas en la utilización
de los Talleres permanentes.
Los talleres integrales
ofrecen, por sus especiales características, un diseño educativo
especialmente adecuado en Educación Infantil, ofreciendo unas
ventajas de orden material tales como (Trueba Marcano, 1989):
Desaparece la falta de espacio, típica en
el aula tradicional, al disponer de un marco diferente para cada tipo
de actividades. Disfrutar de tanto espacio como necesites para emplearlo
de maneras diferentes: pintar, jugar libremente, bailar, cocinar, etc.
Se aprovechan los "espacios muertos" tan comunes
en los planteamientos arquitectónicos de nuestros centros, integrándolos
en un continuum de espacios global y unitario. Así, es posible
aprovechar finales de pasillos acotándolos, escaleras, viejos
almacenes de trastos, esquinas, recodos y, todos aquellos lugares que
sean susceptibles de ser transformados y utilizados de forma nueva y
creativa.
Al reunir todo el material disponible en el centro
y agruparlo según el tipo de taller, este material se multiplica,
resolviéndose en gran medida los clásicos problemas de
escasez del mismo.
Todo el material está siempre ordenado,
a la vista y al alcance del niño al disponer de la amplitud idónea
como para poder ofrecer un mejor acceso y distribución.
Dar el mismo tratamiento horario a todas las materias,
ofreciendo una enseñanza más enriquecida y variada.
Las ideas que aporta cada miembro del equipo pedagógico
no sirven únicamente para enriquecer su aula, sino para beneficio
de todos. Se trata de un grupo de personas generando ideas y mejoras
concentrados en un objetivo común: los talleres. Existe un mayor
reparto en los trabajos cotidianos de los que en un aula clásica
cada profesor se hacía cargo en solitario.
Se trata de una reforma curricular, basada en una
profunda reestructuración organizativa y funcional de todo el
centro que condiciona la actitud de cada profesor, no como individuo
aislado, sino como parte integrante de un contexto unificado, flexible
y coherente.
Respecto a los valores o ventajas
que presentan los talleres en el ordenpsicopedagógico
destacamos las siguientes (Trueba Marcano, 1989; Ibañez Sandín,
1992):
Supone educar al niño desde una base de
colectividad donde todo es de todos: no sólo el material, sino
también el espacio. Ayudan de una forma natural a superar el
egocentrismo, propio de estas edades y enseñar a basar la convivencia
en el respeto a los demás.
Debido a que es un modelo basado en la socialización,
se multiplican las posibilidades de fomentar la cooperación y
el aprendizaje en la interacción con los adultos y, sobre todo,
entre iguales.
Favorecen y fomentan la autonomía del niño
respecto al adulto.
Podríamos definir los talleres como aceleradores
naturales de maduración, pues empujan a la inteligencia del niño
a alcanzar cotas más altas, estimulando su zona de desarrollo
potencial.
Fomentan de un modo natural hábitos de orden
al repetirse cotidianamente situaciones de recogida de materiales, limpieza,
etc.
Desarrollan, de modo natural, el conocimiento espacial
y temporal. Al variar tan a menudo de espacio en sucesivos períodos
de tiempo, el niño se habitúa a dominar no ya su aula,
sino el espacio del centro que abarquen los talleres. Le será
más fácil la comprensión temporal del "antes y
el después" y, en general, de la estructuración espacio-temporal.
Facilitan el "aprender jugando". Los talleres,
multiplicadores de posibilidades, favorecen la manipulación,
la observación y la experimentación sobre los objetos
y libre iniciativa en actividades de juego no dirigido.
Estimulan la investigación y la curiosidad
al potenciar una gran cantidad de actividades, tanto físicas
como mentales, por equipos e individuales, libres o dirigidas, con las
cuales el niño crea y coordina un armazón que le ayudará
a estructurar muchos otros contenidos.
Desarrollan la creatividad y la imaginación
al poner a disposición de los niños variadas técnicas
de expresión (plásticas, lingüísticas, gestuales,
etc) a través de las cuales representan su mundo interior.
Favorecen una educación motivadora. Al variar
de actividad con frecuencia, evitan la monotonía y el descubrimiento
provocado por la permanencia en algo que ya no estimula el interés.
Se realizan actividades en las que participan todos
los sentidos:
ü
Vista: perciben los colores, forma, tamaño, etc.
ü
Olfato: Perciben el olor de diferentes sustancias e ingredientes
que les ayudará a identificar.
ü
Gusto: Prueban sabores e ingredientes de cada receta que elaboran.
ü
Tacto: perciben temperaturas, texturas, superficies, etc.
ü
Oído: Escuchan con atención a explicaciones, actuaciones
de títeres, ritmos, etc.
ü
Bárico: Perciben pesos de los objetos que manipulan en cada
caso.
Fomenta el contacto con las familias y con el entorno
cercano a la escuela.
2.2.- Los Rincones.
2.2.1.- Determinación
conceptual.
"Lugar, permanente o no, en que
se desarrollan actividades muy determinadas, libres o dirigidas, individuales,
en grupos pequeños o colectivos: biblioteca, grafísmo, cocina,
tienda, muñecas, garaje, etc..".
(Tavernier, R., 2987: 191).
Son espacios organizados donde
los niños, en grupos poco numerosos, realizan pequeñas investigaciones,
desarrollan sus proyectos, manipulan, desarrollan su creatividad a partir
de las técnicas aprendidas en los talleres, se relacionan con los
compañeros y con los adultos y satisfacen sus necesidades.
Persiguen el desarrollo de una
metodología basada en la libertad de elección, en el descubrimiento
y en la investigación.
Organizar la clase por rincones,
al igual que los talleres, es una estrategia pedagógica que intenta
mejorar las condiciones que hacen posible la participación activa
del niño en la construcción de sus conocimientos. Suele
ir asociada, la organización por rincones, con fórmulas
de educación personalizada y programación individual, siendo
por tanto en las aulas que acogen niños de diferentes edades 3,
4 y 5 años, donde el juego por rincones permite realizar actividades
adaptadas a las características de todos los niños del grupo,
de los más pequeños y los más mayores.
De igual modo, en las aulas que acogen
con necesidades educativas especiales, se puede ofrecer una distribución
del espacio en rincones de juego, que potencien una actividad autónoma
y dirigida, relaciones interpersonales y una educación personalizada
que atiende a las peculiaridades individuales de estos niños, siendo
por tanto un medio óptimo para atender a los alumnos con necesidades
educativas especiales.
2.2.2.- Objetivos.
A través de cada rincón
se consiguen objetivos a corto y largo plazo en función del tipo
de juegos o actividades que en ellos se realicen, pero, no obstante podemos
definir los objetivos generales siguientes (Ibañez Sandín,
1992):
Propiciar el desarrollo global del niño.
Facilitar la actividad mental, la planificación
personal y la toma de iniciativas.
Posibilitar aprendizajes significativos.
Desarrollar su creatividad e investigación.
Realizar actividades y que el niño las perciba
como útiles.
Facilitar la comunicación de pequeño
grupo entre sus compañeros y la individual con otro compañero
o con la profesora.
Potenciar el lenguaje oral y lógico en los
niños, tanto en la comunicación como en la verbalización
de su actividad.
Construir y asumir su realidad personal.
Propiciar el movimiento de los niños.
Descubrir y utilizar equilibradamente sus posibilidades
motrices, sensitivas y expresivas.
Que sienta una escuela viva y cercana.
Que cubra sus necesidades de juego, actividad,
egocentrismo, etc.
Que se exprese y se comunique con todas las formas
de representación a su alcance.
Que adquiera hábitos y normas de comportamiento
en el grupo y de control de sus emociones, sentimientos, etc.
2.2.3.- Modalidades.
Respecto a la organización
del aula por rincones, se pueden establecer dos líneas bien
diferenciadas (Gervilla Castillo, 1995):
Los rincones, como complemento de la actividad
del curso. Implica que los niños van, en los ratos libres
que les quedan, cuando acaban la labor que el maestro ha puesto. Esta
manera de enfocar el trabajo no modifica el fondo de la organización
de clase y del diálogo educativo que pretende establecerse; se
trata de un opción que tan sólo beneficia a los más
rápidos y crea ansiedad y decepción en los que tienen
un ritmo de trabajo diferente, ante la imposibilidad de acceder a actividades
diversas.
Los rincones entendidos como un contenido específico.
Esta segunda opción supone un tiempo y unas connotaciones
precisas, que confieren a los rincones una categoría tan primordial
como la de cualquier otra actividad. Supone un tiempo dentro del horario
escolar, así como la posibilidad de que todos los niños,
mediante un mecanismo preciso que el maestro prevé, puedan acceder
a ellos.
2.2.4.- Condiciones generales.
Algunas condiciones generales
que debemos tener en cuenta en la distribución por rincones para
que en el niño se fomente su observación y experimentación,
es conseguir una ambientación cálida en general, colocando
cortinas, cambiando la mesa del profesor por una mesa camilla, sustituir
las luces de tubo por lámparas, incluir espejos, fotografías,
etc, es decir, combinando elementos del hogar con los de la escuela.
Otras consideraciones importantes
para la puesta en práctica de los rincones son las siguientes (Laguía-Vidal,
1987):
Cada rincón ha de tener el material necesario:
ni demasiados objetos, que aturden y despistan a los niños, ni
demasiado pocos, que limitan la actividad lúdica y son motivo
de disputas.
El material ha de ser asequible a los niños.
Eso no quiere decir que pongamos todas las cosas y siempre a su disposición.
Para favorecer el uso del material y la autonomía
del niño, hay que presentarlo de manera ordenada y fácilmente
identificable: cajas, cestos, etc, con las fotografías, símbolos
y dibujos correspondientes.
Es imprescindible la tarea de conservación
del material deteriorado. Es triste ver muñecas sin brazos, cuentos
sin hojas, rompecabezas sin piezas, etc.
Se valorará que el material sea estéticamente
vistoso y agradable y que cumpla unas condiciones de seguridad: limar
maderas, listones, emplear pintura no tóxica, no dejar al alcance
del niño aquellos objetos pequeños o peligrosos si el
maestro no puede controlar directamente su actividad, etc.
2.2.5.- Ventajas en la utilización
de los rincones.
Algunos beneficios de naturaleza social
y manipulativo-perceptiva que aportan los rincones, son los que se especifican
a continuación:
Se permite que los niños escojan las actividades
que quieren realizar, dentro de los límites que supone compartir
las diferentes posibilidades con los demás.
Se incorporan utensilios y materiales no específicamente
escolares, pero que forman parte de la vida del niño.
Se considera al niño como un ser activo
que realiza sus aprendizajes a través de los sentidos y la manipulación.
3.- DIFERENCIAS ENTRE AMBAS CONCEPCIONES
METODOLÓGICAS.
Aunque ambas modalidades de trabajo,
rincones y talleres, están íntimamente unidas, presentan
algunas diferencias señaladas por varios autores (Saussois, 1982;
Díaz Navarro, 1986; García Huerta, 1993).
Mientras que la acción en el
rincón es de libre elección y se propicia la investigación,
la imaginación, la deducción, etc., en los talleres se realizan
actividades sistematizadas, muy dirigidas, con una progresión de
dificultades ascendente, para que el niño adquiera diversos recursos
y técnicas que luego utilizará de forma creativa en los
rincones o espacios del aula.
Los talleres constituyen una modalidad
más compleja que afecta al conjunto de la programación y
supone una alternativa más distanciada de la división de
contenidos y actividades por áreas. No por ello, debemos dejar
de precisar que, el trabajo por rincones exige una adaptación de
la programación a las características espaciales del aula
y de las edades e intereses de los niños.
Incluso en los aspectos externos,
la organización por talleres rebasa el marco del aula, situados
en otros locales distintos, por los que los alumnos van pasando para realizar
sus trabajos.
De la Torre, C. (1990), añade
otra diferencia al mantener que el rincón es el área de
experiencia que no requiere una actividad productiva por parte del alumno,
por ejemplo, el rincón del juego simbólico, mientras que
se considera taller a aquel área de trabajo que exige una realización
práctica como producto de la actividad de aprendizaje, por ejemplo,
el taller de pintura, de modelado, etc.
Sin embargo, a pesar de estas escasas
diferencias, difíciles de encontrar, en la práctica metodológica,
rincones y talleres se utilizan indistintamente.
4.- DISTRIBUCIÓN DE LOS
RINCONES A TRAVÉS DEL ESPACIO PARA EL SEGUNDO CICLO DE EDUCACIÓN
INFANTIL.
Desde los primeros
días de incorporación del niño al centro, numerosos
rincones acogedores, atrayentes, invitan de entrada a jugar que, poco
a poco cobrarán vida, se amueblarán o serán sustituidos
por otros. El educador verá rápidamente cuales son los que
gustan y han de durar.
La clase ha de ser
un lugar vivo que ha de ir cambiando en función de intereses y
necesidades de los niños a lo largo del curso. Cuando parece que
el rincón pierde curiosidad e interés, el educador mediante
la observación ha de renovarlo o sustituirlo por otro. Nunca
un rincón será triste, estático, definitivo. Por
ejemplo: la casa de las muñecas recibe la visita de dos muñecos,
dos bebés gemelos; todas las muñecas reciben un bañador;
el títere cae enfermo y se preparan hierbas en el rincón
de la cocina, etc.
De igual modo, es
importante que el niño no se sienta angustiado por el problema
del espacio y le facilitemos trabajar lo mejor posible proporcionándole
espacio y materiales suficientes.
Analizaremos dos propuestas
diferentes para la implantación de los rincones en el aula para
el Segundo Ciclo de Educación Infantil.
Una propuesta puede ser la que nos ofrece
Laguía-Vidal (1987) y Gervilla Castillo (1995) atendiendo
a la distribución y estructuración del espacio siendo
conscientes que no es necesario que funcionen a la vez todos los rincones,
pudiendo existir alguno permanente y los demás se intercalan
según el interés y el momento educativo.
Rincones dentro de clase.
Rincón de la alfombra.
Rincón del Juego Simbólico:
.. Cocina.
.. Muñecas.
..Tienda.
..Enfermería.
.. Peluquería.
.. Casita de los niños.
.. Disfraces.
.. Garaje.
..Castillo, etc..
ü
Rincón de la Expresión Plástica.
ü
Rincón de la Expresión Lingüística.
ü
Rincón de la Expresión Musical.
ü
Rincón de los Juegos Didácticos y Lógico-Matemática.
ü
Rincón Motriz.
ü
Rincón de Observación y Experimentación.
Rincones interclase y pasillo.
ü
Ampliar rincones de Juego Simbólico.
ü
Cajas de madera y de cartón grandes.
ü
Bicicletas, neumáticos, carretones y cajas con ruedas.
ü
Tubos de hormigón y de plástico.
ü
Coches con pedales.
ü
Columpios.
ü
Escondites.
ü
Escalera adosada a la pared, para subirse por ella.
ü
Circuitos dibujados en el suelo.
Rincones en el patio.
ü
Rincón de la naturaleza (Huerto, jardín, animales,…).
ü
Rincón del agua.
Distribución de los rincones según
las Áreas Curriculares de la etapa de Educación Infantil.
Podemos clasificar cada uno de
los rincones atendiendo a las áreas o ámbitos de experiencia
que en el currículum de la Educación Infantil se especifican.
Cada uno de los rincones está
dotado de un buen número de materiales que motivarán al
niño y le ayudarán a desarrollar mejor su trabajo, facilitando
al profesor la consecución de objetivos, siempre desde un prisma
global.
Área de Identidad y Autonomía
Personal.
ü
Rincón del Juego Simbólico.
ü
Rincón Sensorial.
ü
Rincón Motriz.
Área de Conocimiento del Medio Físico
y Social.
ü
Rincón de la Observación y Experimentación.
ü
Rincón social, la casita u otras dependencias de la casa.
Área de Comunicación y Representación.
ü
Rincón de Expresión Lingüística.
ü
Rincón de Expresión Matemática.
ü
Rincón de Expresión Plástica.
ü
Rincón de Expresión Musical.
ü
Rincón de Expresión Corporal.
Concluir diciendo que los niños
van de un rincón/taller a otro, estimulados por un interés
constantemente renovado. Encuentran el ambiente y las costumbres de la
familia, pudiendo satisfacer sus necesidades de actividad o de evasión
e, incluso, de soledad. Integrado con sus compañeros, el niño
aprende a expresarse con las palabras, por el dibujo o cualquier actividad
manual.
Vive con toda la clase la emoción
de una hermosa historia contada por el educador, o representado por el
títere, etc. A lo largo de todo el curso experimentará
la sensación de satisfacción y de placer que procura la
realización de una tarea en compañía de otro.
En la práctica diaria podemos
desenterrar formas de hacer que, con el paso del tiempo, están
olvidadas o simplemente han sido desconocidas.
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