Los talleres - Los rincones y su interrelación con los padres
Hasta hace muy pocos años
la responsabilidad de sus alumnos recaía casi absolutamente en
el profesor o educador bajo cuyo cargo estaban. Ahora la labor de equipo
y la participación activa de los padres significa un cambio no
sólo en la mentalidad de los participantes, sino también
en las estructuras educativas, en sus planteamientos prácticos
y en sus resultados de hecho.
Aunque el maestro/a siga siendo
el responsable directo de sus alumnos, esta responsabilidad estará
compartida con el educador/a, (que pueda tener a su lado, y que se hace
casi imprescindible en la etapa de 0 a 3 años), con el equipo que
ha elaborado el proyecto de Centro, y que deberá involucrarse en
el proceso educativo de sus alumnos; y por último, con la participación
activa y directa de los padres que cada vez deberá ser mayor no
sólo en intensidad, sino también en intervención.
Un bello ejemplo nos los presentan
en este aspecto las Escuelas Nido de Reggio Emilia, Municipio de la Emilia
Romana, en donde la labor del equipo está tan fuerte y responsablemente
asumida, que participa en el proceso educativo todo el personal del Centro,
desde su director, maestros y educadores, hasta las cocineras, pinches
de cocina, personal de la limpieza, jardinero, etc. E igualmente sucede
con los padres, cuya colaboración y participación es tan
intensa, que están introducidos en las aulas (siguiendo un orden
voluntario y establecido), para colaborar activamente en la función
educativa, coordinando las funciones del Centro con su relación
social y afectiva.
Esta forma de trabajo en Educación
Infantil, la realizan de forma magistral en nuestro país las escuelas
de Rosa Sensat, que abarca el Patronato de Guarderías Municipales
de Barcelona, e igualmente, los centros dependientes del Programa Andalucía,
aunque por su particular idiosincrasia hayan introducido variantes necesarias
o convenientes en su entorno socio-político, cultural y geográfico.
Vamos pues, a continuación,
a señalar como se plasman estos aspectos a través de los
documentos oficiales sobre los que venimos estudiando los diferentes ámbitos
curriculares en la Reforma de la Educación Infantil.
1. Funciones de los padres en el
Anteproyecto de Marco Curricular.
1.1. Colaboración de los
padres en la Escuela Infantil.
Los padres son por derecho, y
deber los encargados esenciales de la educación, cuidado y crianza
de sus hijos. De como sean estas relaciones dependerá en gran parte
el comportamiento de los escolares, y sus actitudes y hábitos de
adulto. La relación de afecto que se establece entre padres e hijo/s
es esencial para su estabilidad emocional, y para ir adquiriendo la autonomía
precisa para convertirse en un ser independiente y maduro. Por tanto si
el clima de seguridad, afecto y confianza es deficiente el niño
verá mermada su capacidad cognoscitiva y madurativa.
Cuando el niño comienza
el período escolar entra en contacto con personas para él
en ocasiones totalmente desconocidas, su ambiente habitual se diversifica,
lo que obliga a plantearse bases para la tarea común familia-escuela,
que ahora empieza a producirse.
El contacto entre padres, maestros
y Centro servirá para elaborar estrategias de actuación
educativa. Los padres participarán al maestro los intereses y necesidades
del niño, así como sus miedos, recelos o inhibiciones.
El niño percibirá
a la vez una imagen cálida de buena relación entre sus padres
y las personas que de ahora en adelante se van a ocupar de su educación
en el Centro educativo, lo que le dará confianza y seguridad.
"La participación de los
padres en la vida de la escuela y la confianza recíproca entre
ellos y los educadores de sus hijos, posibilita que la escuela se inserte
en el medio y en la realidad que rodea al niño. Simultáneamente
facilita un clima de naturalidad y espontaneidad en el contacto diario
de los padres con la escuela".
El intercambio de pareceres entre
los padres con los educadores de sus hijos, y con el equipo educativo,
abre nuevas vías de comunicación y apertura a la comunidad,
en la que la Escuela está inmersa, y que puede aportar a la misma
con su colaboración expertos en diversos ámbitos, de gran
interés educativo.
Por razones anteriormente señaladas,
podemos añadir como síntesis el siguiente párrafo
textual.
"Padres y maestros comparten
la tarea educativa desde la perspectiva que les ha proporcionado su papel
específico y distinto:
- Intercambian criterios, comparten
dificultades y necesidades en cuanto a la educación de los niños
y colaboran analizando el proyecto educativo.
- Participan en el diseño
y elaboración de los elementos materiales que ayudan al desarrollo
del proyecto educativo.
- Comprenden y respetan la relación
especial que cada uno de ellos mantiene con los niños, e intercambian
criterios para el análisis de dicha relación manejando confidencialmente
la información recibida sobre los niños.
- Participan conjuntamente en los
órganos de gestión y organización de la escuela.
Aportando su colaboración en la medida de las posibilidades de
cada uno.
- Asumen como base del desarrollo
del curriculum el trabajo cooperativo de toda la comunidad.
1.2. Aspectos valorativo-comparativo
Documento considera como
protagonistas de la Educación Infantil no sólo a los niños,
sino también a sus padres, maestros y educadores. Esta premisa
de partida implica una toma de conciencia, una determinada estructuración
del Centro y aulas, y un aprendizaje inmerso en un proceso contínuo,
no sólo para los pequeños, sino también para los
adultos que comparten la experiencia.
La Educación Infantil,
ha de tener en cuenta el bienestar de todos, así como la búsqueda
y las acciones conjuntas dirigidas a que el medio en que se desenvuelven
contribuya a la buena marcha educativa. Por ello, procurar el bienestar,
significa la participación activa y común en el Proyecto
de Centro. Y para que así se lleve a cabo se hace necesario favorecer
o crear ocasiones de encuentro, en las que exista aprendizaje y satisfacción
recíproca.
El modelo educativo aquí
presentado no parte de la transmisión de saberes de adultos a niños,
como poseedores de verdades absolutas, sino como un planteamiento de actividad,
búsqueda, reflexión y análisis conjunto, en el proceso
de construir algo juntos, compartiendo dificultades y logros, para llegar
a un enriquecimiento común y hallazgo de nuevas respuestas, lo
que necesariamente ha de repercutir favorablemente en el desarrollo infantil.
Por estas razones, los adultos
no deben interferir, ni adelantarse a la actividad espontánea y
autónoma de los propios niños. Se trata de encontrar un
equilibrio en la relación, en la que sobre todo, la persona mayor,
ha de saber escuchar, observar, proponer, sugerir, etc.
Las anteriores consideraciones
nos hacen señalar respecto a los alumnos que el niño es
un ser individual, activo y lleno de potencialidades que ha de desarrollar.
Por ello ha de tenerse en cuenta la gran importancia que en la relación
tiene el escuchar, observar y conocer al niño partiendo de sus
actitudes y experiencias, así como el adaptarse a sus necesidades,
y estimularle en la búsqueda de soluciones. Otro aspecto importante
en la relación alumno-educador, consiste en saber reconocer, por
parte del segundo las diferencias y particularidades del primero, así
como el respetar sus características psico-sociales, culturales,
lingüísticas, etc.
Con respecto a los maestros y
educadores, es conveniente señalar, que cada uno posee sus características
propias e individuales, que es preciso conocer y respetar. Ha de aceptársele
globalmente, con sus sentimientos, virtudes, defectos, situaciones personales,
problemas, éxitos, etc., teniendo en cuenta que estas características
determinarán unas preferencias y actitudes positivas en ciertos
ámbitos, y dificultades o planteamientos menos integrados en otros.
Esto nos conduce a la vez, a la necesidad de ofrecerle un clima que permita
la búsqueda, en donde se halle placer en la investigación
y descubrimiento, en un ambiente de trabajo colectivo. Otro aspecto a
tener presente es el esfuerzo que hace por el niño, desde el hecho
de tratar de conocerle al de encauzarle en los buenos hábitos,
actitudes y destrezas, de la mejor manera posible, lo que ha de agradecérsele,
garantizando ala vez, que su labor tenga continuidad en el ciclo siguiente,
para lo que ha de plantearse una colaboración con los maestros
correspondientes y de manera institucional.
Para concluir, señalaremos
que el Anteproyecto, con buen juicio plantea que la Educación Infantil,
por tanto, los niños, el maestro o educador, los miembros del equipo
educativo y los propios padres intervienen de forma activa en la vida
de la escuela. Todos ellos están contemplados en el modelo educativo
que se propugna y habrá que definir en cada proyecto, las tareas
y aportaciones que cada uno de ellos puede aportar a los diferentes grupos.
2. Las funciones de los padres
en la Comunidad Catalana.
2.1. Colaboración de los
padres en la Escuela Infantil.
Es de interés señalar
la importancia que tiene la continuidad educativa entre la familia y la
escuela, aunque el paso de este principio a la realidad se realice muy
lentamente.
El conocimiento del niño
que el educador posea, ha de ser necesariamente parcial, por lo que se
hace conveniente, y hasta necesario una relación con los padres
lo más estrecha posible, ya que ellos, son los que mejor conocen
a sus hijos y los que por esa razón más informaciones pueden
transmitir. Otro aspecto fundamental, es el hecho, de que precisamente
en el seno del hogar es donde el niño realiza sus primeros aprendizajes,
el núcleo en donde ha de adquirir los valores esenciales, y donde
se van a sentar las bases de su afectividad.
Por todas estas condiciones, que
acabamos de mencionar, se hace preciso la buena relación entre
padres y educadores, para que el proceso educativo esté presidido
por la eficacia y la coherencia, en una línea de actuación
abierta, flexible, democrática y enraizada en el ambiente sociopolítico
y cultural en el que el niño está inmerso.
Esta actuación conjunta
repercutirá en el buen desarrollo afectivo del alumno, así
como en la creación de un ambiente de seguridad que le resultará
beneficioso. Por ello se hace conveniente la realización de un
análisis de las implicaciones educativas que comporta este tipo
de relación, así como el definir las coordenadas más
convenientes para llevar a cabo las acciones y colaboraciones.
Niveles de relación entre
la Educación Infantil y la familia.
El papel de la familia en la Escuela
Infantil se puede situar y analizar en dos vertientes: una a nivel individual,
y otra a nivel colectivo.
La primera por ser padres de
un niño concreto, y por lo tanto la relación girará
en torno a ese alumno.
Y la segunda implicará
actividades del Centro; estas pueden estar relacionadas bien con la organización
y gestión de la escuela, o con la planificación y puesta
en práctica de actividades diversas, que contribuyan a mejorar
el proceso educativo.
Como ambos aspectos son importantes
vamos a pasar a realizar su análisis de manera independiente.
2.1.1. Relación a nivel
individual de los padres con la Escuela Infantil.
Contactos iniciales.
Es conveniente que los padres,
antes de que su niño comience a asistir a la Escuela Infantil,
hagan una visita al Centro, para conocerlo, y para recibir una información
detallada de su funcionamiento. Más tarde se hará otra con
carácter más formal, coordinada con anterioridad, en la
que el educador se informará de aspectos importantes sobre las
características, y evolución del niño. Se trata de
adquirir una serie de datos muy concretos, que permitan tratarle desde
el primer día como un ser individual. Estas informaciones girarán
en torno al ambiente familiar, a las situaciones complicadas que pudieran
haber tenido lugar, a enfermedades, a la forma de alimentación,
a los horarios, y a las actividades que le gusten o que le desagraden,
etc.
Es importante también,
la presencia de los padres en los inicios de la relación del niño
con el Centro. Resulta de gran interés prestar atención
a los niños y padres sobre todo en los primeros días, sugiriéndoles
a los progenitores que pasen al aula con sus hijos, sin prisa, y permanezca
uno de ellos con el pequeño durante un tiempo prudencial. Esta
idea que aquí aparece como novedosa, está llevada en la
práctica de forma absolutamente conveniente en las escuelas de
Reggio Emilia (Italia), en donde uno de los padres del alumno, que se
incorpora a la Escuela Infantil por primera vez, permanece en ella durante
varias horas, acompañando a su hijo, a lo largo de la primera semana,
acortándose el tiempo de estancia, paulatinamente, según
van sucediéndose los días. De este modo el inicio del
niño en el Centro se realiza de manera mucho más suave,
y la separación no resulta tan traumática.
Entrevistas periódicas y
puntuales entre padres y educadores.
Las entrevistas periódicas
pueden ser muy convenientes para ir analizando la evolución de
los niños, para intercambiar opiniones entre padres y educadores,
para ampliar la información sobre aquellos aspectos relevantes
y novedosos que hayan tenido lugar, y para obtener la conceptualización
que la familia posee sobre su hijo, lo que les preocupa, y los problemas
que piensan han surgido, etc.
Además de este tipo de
entrevistas, suelen resultar muy aconsejables aquellas otras de carácter
puntual que se producen cuando surge algún tipo de problema, dificultad,
preocupación, por parte de la familia o del educador. Para analizar
este tipo de conflictos es conveniente no sólo partir de los datos
e informaciones del momento presente, sino también de aquellos
otros que hayan sido recogidos en entrevistas anteriores.
Un aspecto esencial a tener en
cuenta, en cualquier tipo de entrevistas, es que el educador ha de estar
siempre en favor del niño y de sus progresos. No se dejará
influenciar por prejuicios, ni se aliará con los padres, o con
uno de ellos en contra de los intereses infantiles. Igualmente su postura
será prudente evitando cualquier actitud que pudiera sugerir intromisión
en los problemas familiares. Habrá que tener gran tacto al aproximarse
al marco familiar y hacer interpretaciones sobre el mismo, buscando en
el mismo datos que ayuden a entender al niño, y no causas que justifiquen
la inmovilidad de la situación.
Toda entrevista que se mantenga
con la familia deberá ser anotada, e incluidos los aspectos relevante
de la misma en el dosier del alumno. Es conveniente que estén también
apuntados los datos personales para evitar hacer preguntas repetidas e
innecesarias a los padres. En cuanto al ambiente que preside la misma
ha de ser de cordialidad y confianza mutua, no dando en ningún
momento la impresión de que se está realizando un interrogatorio,
ya que no se trata de una entrevista psicológica, sino de realizarla
con sensibilidad para poder captar las preocupaciones y los matices a
través del dialogo. No se ha de partir, por lo tanto, de ningún
tipo de idea preconcebida, sino que se ha de prestar atención para
poder descubrir la dinámica habitual en que se mueve o vive el
niño así como su interrelación con el Centro educativo.
Tras todos estos aspectos mencionados,
cabe deducir que la entrevista no puede ser dejada a la improvisación,
pues los resultados así obtenidos quizá no fueran los deseados.
Debe ser prevista con antelación de manera que sea factible la
asistencia de padres y del educador o educadores que estén a cargo
de los niños, con el fin de poder dialogar con calma y con una
cierta profundidad. También es necesario haber planteado aquellas
cosas que se quieren conocer, y aquellos acuerdos a los se pretenda llegar.
2.1.2. Participación de
los padres a nivel colectivo en la Escuela Infantil.
La participación de los
padres en la Institución escolar es relativamente reciente, pues
en la Escuela Tradicional, el ámbito de los progenitores era la
familia, en el seno del hogar, y el cometido de los docentes era el Centro
educativo, sin que existieran a penas lazos de conexión entre ambos
mundos. Como la sociedad, y los medios educativos han percibido la labor
positiva que los padres podían realizar, y las ventajas que podrían
devengarse de esta colaboración, la nueva legislación se
ha hecho eco de estas demandas, y actualmente contempla la intervención
de manera institucionalizada. Por esta razón cada vez es mayor
el número de padres, que participan bien a nivel de gestión,
bien en la preparación de actividades, en la organización
de fiestas y salidas extraescolares, o demandando mejores condiciones.
En este aspecto es necesario señalar que en la Escuela Infantil,
es más difícil logra asociación de padres estables,
debido al corto espacio de tiempo que los niños suelen permanecer
en ella, sin embargo, estas asociaciones se consolidan en el parvulario,
sobre todo cuando están formando parte de la estructura escolar
que abarca un período mucho más largo, enlazando con la
enseñanza primaria.
La participación de los
padres es de gran importancia, y no solamente por lo que puedan aportar
a nivel de gestión o en la elaboración de actividades, sino
porque de este modo se ejercen los valores democráticos dentro
de la comunidad escolar, y así los niños, pueden percibir
desde temprana edad esta forma de comportamiento que le servirá
para ir elaborando patrones de conducta para la edad adulta.
Las reuniones son una forma de
tomar contacto, a la vez de darle impulso a la colaboración a través
de intercambio de ideas y experiencias. Deben estar presididas por un
ambiente de cordialidad y buen entendimiento, que favorezca la comunicación
y la rigurosidad en torno a los temas educativos, moviéndose en
aspectos generales, para evitar personalizaciones que no sean del interés
común, ni se hagan necesarias. En ocasiones podrán utilizarse
grabaciones de vídeo, u otros medios de comunicación que
hayan recogido el trabajo infantil y que sirvan para evidenciar determinados
aspectos del proceso educativo.
Los progenitores pueden participar
también, como hemos señalado en actividades concretas, y
en algunos centros estas actuaciones son de gran importancia, como cuando
ex ponen temas a los niños, relacionados con su profesión,
aficiones, o experiencias. No se pretende con esta dinámica,
sustituir al educador en ningún momento, sino aportar una serie
de vivencias, que por la forma de estar interiorizadas pueden ser únicas,
y que quizá el maestro no tenga ocasión de exponer. Para
el niño son doblemente enriquecedoras estas realizaciones pues
le permiten tomar contacto con personas distintas de su medio cotidiano,
y robustecer su personalidad ante la presencia de otras formas de comportamiento,
actitudes, lenguajes, o costumbres.
Algunos padres, pueden también
facilitar la visita de los pequeños escolares a sus centros laborales,
lo que les permite tomar contacto directo con el mundo del trabajo, y
la apreciación de lo que son profesiones diferentes.
Las experiencias de actuación
de los padres en general, tanto dentro del recinto educativo, como en
actividades extraescolares suele ser muy beneficiosa. A los progenitores
les permite captar la labor diaria del docente, y las características
diferentes que pueden presentarse en un mismo grupo por clase, y a los
niños les favorece además al tomar contacto con otros ámbitos,
y otras vivencias, al poder compartir su familia con sus compañeros
y educadores.
El centro puede también
participar en la formación de los padres como educadores. El simple
hecho de intercambiar puntos de vista, y ver planteadas situaciones diversas
para la educación de sus hijos les resulta en muchos casos novedoso
y enriquecedor. En múltiples ocasiones los padres no saben como
afrontar una situación nueva, y el miedo a equivocarse les hace
sentir inseguridad. Un contacto esclarecedor puede ayudar muy positivamente
en este ámbito, por lo que la puesta en común de los adultos
debe evidenciar una propuesta educativa que vaya a servir para ayudar
a solucionar estos pequeños inconvenientes.
La Escuela Infantil ha de participar
proporcionando modelos concretos, para la resolución de problemas
entre adultos y niños. La experiencia del maestro, y la posibilidad
de una mayor objetividad con respecto al alumno, hace que sus actuaciones
y criterios puedan ser de utilidad para los padres. Además el Centro
puede también ofrecer cursos, jornadas, o conferencias, dirigidas
a los padres, e impartidos por especialistas, lo que ha de contribuir
a la información educativa de los progenitores, y en determinados
casos colaborará muy acertadamente a su formación.
Desde los puntos de vista que
aquí se han expuesto, la Escuela Infantil, es un motor inagotable
de posibilidades respecto a los padres, pues les permite tomar contacto
con el mundo escolar de sus hijos y a través de él aclarar
posiciones educativas, hacer sugerencias, elaborar sus propios criterios
y asimilar la situación concreta en la que se desarrolla la educación
institucional de sus pequeños.
2.2. Aspectos comparativo-valorativo.
El documento que presenta la Comunidad
Catalana es mucho más completo que el Anteproyecto. En él
se desmenuzan los aspectos que aparecían en el anterior de forma
global. Este hecho que en principio puede interpretarse como un rasgo
positivo, hemos de tener en cuenta que circunscribe tan minuciosamente
los rasgos, que inhibe en gran medida la libertad del educador sometiéndole
a una excesiva directividad. Así, respecto al docente describe
sus características profesionales y humanas. Al referirse a la
colaboración con los padres lo hace desde dos diferentes prismas:
la relación entre la Escuela Infantil y la familia a nivel individual,
y a nivel colectivo, señalando desde como deben ser los contactos
iniciales, a como han de realizarse las entrevistas entre padres y educadores,
sin olvidar los informes escritos, en los que debe quedar constancia de
estos hechos.
Entre los rasgos más destacados
de los profesionales de Educación Infantil de la Reforma, cabe
señalar la idea de trabajo cooperativo, es decir, en equipo. Este
modo de llevar a cabo la planificación educativa, que es novedosa
y además positiva, no aparece recogida en esta comunidad, en donde,
sin embargo, se ocupan ampliamente de señalar los aspectos que
a nivel general han de poseer los educadores y maestros de esta etapa.
La relación de los padres
con la Escuela Infantil, tanto a nivel individual como colectivo, son
sin embargo ampliamente tratadas en este documento, haciendo referencia
a un aspecto importante y nuevo, como la participación en el aula
por parte de los progenitores. Aquí se sugiere la conveniencia,
sobre todo a principio de curso, de que uno de los padres permanezca en
ella con el alumno, durante un tiempo prudencial, a lo largo de los primeros
días, para evitar que la separación sea tan traumática
y la adaptación se realice de una manera más suave y afectiva.
La nueva legislación contempla
la participación paterna de manera institucionalizada. Debido a
ello, un número creciente de padres, participa activa y colaborativamente,
bien a nivel de gestión o bien en la preparación y desarrollo
de actividades. Esta colaboración tanto en tareas escolares, como
extraescolares son enriquecedoras, para los alumnos, pues les permite
tomar contacto con otros medios y poder compartir su familia con sus compañeros
y docentes. También son beneficiosas para sus progenitores, pues
a través de estas relaciones con el Centro pueden observar y experimentar
la labor educativa.
3. Las relaciones con los padres
en la Escuela Infantil, en la Comunidad Andaluza.
Hemos ido viendo como el desarrollo
y el aprendizaje poseen un carácter interactivo, en el que juega
un papel importante el medio social, y dentro del mismo la función
preponderante le corresponde a los progenitores.
Sin embargo, la relación
entre los padres y el Centro de Educación Infantil no siempre resultan
sencillas. En gran número de ocasiones están de acuerdo
en las líneas generales seguidas en el proceso educativo de sus
hijos, no obstante, pueden existir discrepancias en cuanto al concepto
que poseen sobre el niño, en cuanto a algunos objetivos concretos,
etc.
Para paliar estos problemas, las
relaciones de ambos grupos deben estar presididas por la cooperación
y la autonomía. La autonomía es esencial, puesto que cada
cual posee roles diferentes, y la cooperación se hace precisa por
compartir la educación de los mismos niños.
Esta relación ha de establecerse
en un contexto de flexibilidad y buen entendimiento. De este modo los
docentes incidirán sobre los padres, modificando algunos criterios
en torno a sus propios hijos, mientras que los progenitores podrán
aportar informaciones y orientaciones que sean útiles a los educadores
para canalizar su intervención de manera más positiva.
Para que esta colaboración
resulte más fructífera, el Centro puede también intervenir
en la formación de los padres. Para ello se servirá de los
conocimientos técnicos del Equipo, así como de la posibilidad
de plantear modelos alternativos, aspectos fundamentales sobre los que
debe asentarse cualquier programa de formación, que pretenda estar
el servicio del niño y de la comunidad.
Los padres por su parte poseen
informaciones, a través del contacto diario e íntimo con
sus hijos, sin las cuales sería muy difícil la intervención
educativa, y que por ello resulta muy eficaz para el Equipo de Educadores
al permitirles formarse una imagen más adecuada del niño
y de su ámbito correspondiente.
Por otra parte la configuración
de un modelo educativo democrático lleva implícito la participación
de los padres en la forma de decisiones que afecten ala vida de la Escuela
Infantil.
Para garantizar un marco de relaciones
informativo y democrático, se propone hacer institucionales una
serie de aspectos como los siguientes:
1º) Reuniones de padres y educadores.
Podrán convocarse para la totalidad de los padres o solamente para
un grupo de los mismos. En ellas se explicarán los objetivos y
métodos educativos, además de ir informando sobre la evaluación
del curso. En este orden se hace conveniente que al menos una vez cada
trimestre el Centro tome la iniciativa de efectuar esta convocatoria.
2º) Entrevista entre padres
y educadores. Se convocarán siempre que las condiciones lo hagan
conveniente, a instancias de una de las partes, o de ambas. Cada educador
deberá de disponer de tiempo para recibir a los padres, considerándose
como período mínimo el de una hora semanal. Antes de llevarse
a cabo la entrevista, y para que la misma no se disperse se concertarán
los puntos que van a ser tratados. Al concluir la misma el educador anotará
los datos más relevantes que hubieran surgido a lo largo de ella.
3º) Participación en
actividades del Centro. Los padres podrán participar en determinadas
actividades que organice el centro, no descartándose la posibilidad
de actuaciones en el aula, si el equipo educativo y educador lo creen
conveniente. Esta participación posee una doble finalidad, por
una parte el auxiliar a el educador en algunas actividades, y por otra
el aprendizaje por parte de los progenitores de modelos educativos actuales.
4º) Escuela de Padres. En coherencia
con el último aspecto que acabamos de mencionar (aprendizaje de
modelos educativos), el Centro puede y debe organizar un conjunto de actividades,
con el fin de formar a los padres, en orden a un mejor conocimiento, y
cuidado en la educación de su hijos. Las escuelas de padres pueden
organizarse en un solo centro, o en la agrupación de varios de
la misma zona, teniendo como auxiliares a los grupos de apoyo.
Cada centro de Educación
Infantil debe poseer una memoria realizada anualmente, en la que quedarán
registrados, todas las actividades que se lleven a cabo en relación
con los padres, para que quede constancia de las mismas, y puedan servir
de orientación para la colaboración en cursos posteriores.
3.1. Aspectos comparativo-valorativo.
Este documento de la Comunidad
andaluza es muy similar al Anteproyecto, y al documento de la Comunidad
Catalana, pues en esencia sostienen los mismos principios.
Los temas tratados revisten profundidad.
Plantean por separado un estudio sobre el educador y sus funciones, sobre
el equipo educativo y sobre las relaciones con los padres.
Presentan una serie de características
muy complejas, así como unas orientaciones prácticas, lo
que no resulta extraño, ya que esta comunidad, gracias al Programa
Andalucía (descrito anteriormente) posee tradición en el
trabajo de equipo, y sobre todo en la participación educativa de
los progenitores, incluyendo la "escuela de padres", en la que se forman
en actividades personales y escolares, en primer lugar para si mismos,
y en segundo, para saber educar mejor a sus propios hijos, pudiendo de
esta manera colaborar en las funciones educativas del Centro.
Otras características de
interés, consiste en plantear que no es conveniente señalar
funciones diferentes para educadores o profesores, ya que esto representaría
una disfunción para los alumnos, pues no se debe diferenciar (sobre
todo en el primer ciclo de esta etapa), la persona que cultiva el desarrollo
afectivo-social y cognoscitivo de los niños, de la que les cambia
los pañales y les da de comer, ya que eso supondría no dotar
de contenido educativo a esos momentos considerados tradicionalmente como
de cuidados que y son de gran riqueza para la acción educativa.
El espíritu de apertura
y flexibilidad de este documento es mayor que el planteado en Orientacions
i Programes, coincidiendo más con la línea del Anteproyecto.
4. Las relaciones con los padres
en las Escuelas Infantiles en el Diseño Curricular Base.
No hace falta hacer hincapié
en que el primer núcleo de socialización es la familia y,
por tanto, el centro esencial en la vida afectiva, social e intelectual
del niño. En ella se llevan a cabo los aprendizajes básicos,
los primeros y más fuertes vínculos emocionales, así
como los primeros hábitos y pautas del grupo social al que se pertenece.
Por lo tanto, respecto al niño
menor de 6 años, el Centro de Educación Infantil, lo que
debe pretender es compartir con la familia la labor educativa. Y para
que esto se lleve a cabo adecuadamente, la comunicación y coordinación
entre los padres y los educadores es de gran transcendencia. Debido a
este hecho una de las funciones que conciernen al educador y al equipo
educativo, consiste en organizar adecuadamente los cauces y formas de
participación de los padres en el Centro. Estos modos de actuación
son muy diversos, aunque podrían agruparse en primer lugar, en
individuales y colectivos.
En el primer contacto de la familia
con la Escuela Infantil que se realiza generalmente en la entrevista inicial,
los educadores y padres sentarán las bases de su relación
futura. Para ello es fundamental que el clima sea distendido, y de mutua
confianza, para que la comunicación surja espontánea y resulte
fluida y edificante. La familia y los docentes tratarán desde este
momento de facilitar en primer lugar la incorporación del niño
al Centro, y luego su paulatina adaptación. De esta entrevista
surgirán para los educadores las primeras informaciones respecto
a sus alumnos, consistentes en determinados datos, comentarios y opiniones,
que servirán para canalizar mejor el proceso educativo. Y los padres,
por su parte, conocerán la Escuela, en sus espacios físicos,
los recursos de que se dispone, y las necesidades y obligaciones que se
derivan del plan educativo que esté establecido.
La familia puede y debe ir aportando
en contactos posteriores informaciones necesarias sobre aquellos aspectos
significativos referidos al cuidado del niño, como su estado de
salud, alimentación, hábitos de sueño, etc., del
mismo modo que otras, unidos a los aprendizajes y experiencias que se
dan en el Centro. De este modo se podrán ir analizando los diferentes
aspectos que presenta la evolución infantil, siendo posible comentar
y evaluar sus nuevas adquisiciones, sus dificultades y progresos.
En el Centro educativo es donde
se aplican los logros y avances de los niños, así como los
nuevos hábitos y conquistas que tienen su origen en el núcleo
familiar, a la vez que se enriquecen y simultanean con otros adquiridos
en la Escuela. Por estas razones el intercambio de pareceres entre educadores
y progenitores es fundamental, así como también lo es la
evaluación conjunta y razonada del proceso educativo, que proporcionará
nuevos elementos importantes para su modificación, o para su reconducción
si fuera preciso.
Es importante que el niño
se encuentre seguro y confiado en la Escuela, pero lo es a la vez que
los padres lo estén también. Para que esto ocurra es preciso
que en la familia se perciba que sus hijos son tratados con atención,
con cariño y de forma individualizada. Cuando los educadores comentan
con los padres las adquisiciones que va efectuando el alumno, sus progresos,
y las actividades que realiza con predilección, les van transmitiendo
no sólo la información, sino también la seguridad
de que su niño está siendo debidamente motivado y educado.
Cuando los datos transmitidos giran en torno a las comidas y el sueño
o descanso del bebé, perciben la seguridad de que está siendo
debidamente atendido. De igual manera los progenitores contribuyen a que
el educador pueda conocer más en profundidad informaciones sobre
aspectos concretos que deben ser tenidos en cuenta, sobre necesidades
específicas que el niño plantea, o sobre una situación
problemática del alumno en un momento determinado.
Otro aspecto importante. Además
del contínuo contacto con los padres, que resulta en muchos aspectos
innovador es la aportación de sus experiencias a la actividad del
Centro. Es decir, los padres en la nueva concepción de Educación
y de Escuela Infantil podrán realizar actividades con los niños
en el aula, organizar talleres, etc. Así como participar en algunos
aspectos de la organización del Centro, como en cuestiones de infraestructura,
equipamientos, admisión de nuevos alumnos, etc. Esta participación
ha de estar debidamente organizada, de tal manera que contribuya a mejoramiento
de la labor educativa, y en ningún caso a su entorpecimiento o
distorsión.
Lo esencial en este tipo de colaboraciones
es que la presencia de los padres sea voluntaria, responsable y consciente,
y que no responda a una situación anecdótica o formal, sino
que de ella surjan beneficios para la Educación Infantil, en el
enriquecimiento de su proceso de desarrollo.
Los padres pueden aprender gran
cantidad de cosas en el Centro de Educación Infantil sobre sus
hijos, a través de su participación activa en e mismo, pasando
algunas horas dentro del aula, o acompañando a los niños
y educadores en determinadas salidas que realicen a las inmediaciones,
o en las actividades extraescolares. A partir de estas convivencias pueden
observar al maestro, aprendiendo de él nuevas formas de comunicación
con los niños, que le sirvan para una mejor relación y para
estimular el desarrollo infantil, lo que redundará en beneficio
de los niños. El hecho de ver al docente trabajar con sus alumnos
no sólo les va a orientar en el conocimiento y trato más
adecuado respecto a sus hijos, sino que les será útil conocerse
a sí mismos como educadores. Esta experiencia puede contribuir
a la vez a que presten su colaboración en algunas actividades de
la clase, o de los talleres, aunque sin perder nunca de vista que la responsabilidad
directa del proceso educativo recae sobre el educador que tiene los niños
a su cargo.
Las reuniones generales de padres,
sirven para que los progenitores vayan tomando contacto y conociendo,
no sólo la evolución de sus hijos si no la que se produce
en el grupo en el que están inmerso, percibiendo de este modo una
visión más global de los hechos que acontecen y de la situación
real que se haya generado.
Por último podemos señalar
también como importantes, dentro de la participación o colaboración
que pueden prestar los padres, algunas actividades del Centro como: fiestas
organizadas con los niños, charlas, conferencias, grupos de trabajo
y discusión, etc., pues a través de las mismas se hace posible
el contacto preciso y la sugerencia y adopción de posturas comunes
referidas a los aspectos esenciales del desarrollo psicosocial y afectivo
de estos pequeños.
4.1. Aspecto comparativo-valorativo.
Como venimos señalando
en documentos anteriores, los principios y funciones que se señalan
para el educador, el equipo docente, y la relación con los padres
son básicamente los mismos. Los del Anteproyecto, lógica
y coherentemente, son los correspondientes a un proceso de estudio y construcción
de la Reforma, mientras que en el Diseño Curricular Base, aparecen
ya criterios ajustados a hechos concretos. La razón la encontramos
en que el Anteproyecto fue un documento para reflexión, mientras
que el D.C.B. , se elaboró dentro de unos parámetros mucho
más precisos, para ser llevado a la práctica, y con tres
años de posterioridad.
La principal diferencia, por tanto,
que cabría señalar es que en el Anteproyecto aparecen los
criterios descritos de forma más general, transformándose
cada vez en más precisos y concretos, hasta el D.C.B. Esta circunstancia
nos hace meditar sobre la practicidad que representa el Diseño,
al presentar unos planteamientos bien aquilatados y ajustados a las necesidades
y conveniencias del proceso educativo, en el que se le demanda al docente
que sea un buen técnico y estratega de la educación. Y a
la vez, también sobre la postura anterior, de mucha mayor apertura
y flexibilidad, que permita al maestro un más alto grado de iniciativa,
de libertad y de originalidad.
Los criterios del Diseño
Curricular Base en torno al tema que nos ocupa, son a su vez simplistas.
A este hecho le encontramos explicación, en que la actuación
del docente, el equipo y los mismos padres, dependen de los objetivos
que se señalen, de los ámbitos de experiencia que se planteen,
de la metodología seguida, etc. Señalada esta circunstancia,
estudiar la acción aisladamente, resulta un poco artificioso a
la vez que reiterativo, pues ya necesariamente se ha descrito la labor
cuando se habla de los diferentes ámbitos curriculares.
Lo que el Diseño aquí
realiza, es una recreación específica de principios y actitudes,
ya tratados con anterioridad. Y nosotros los hemos recogido y sintetizado,
como complemento a los ámbitos ya estudiados.
5. A modo de reflexión.
Análisis concreto desde el Anteproyecto hasta el Diseño
Curricular Base.
Tras esta reflexión sobre
lo que creemos debe ser la labor del profesor-educador, el equipo educativo
y los padres en Educación Infantil, ilustrada con algunos planteamientos
actuales y novedosos de especialistas en el tema, ilusionados por la innovaciones
realistas y positivas en este ámbito, vamos a pasar a realizar
un análisis sobre cómo, a nivel oficial, han venido plasmándose
y fraguado estos conceptos, desde sus planteamientos en el Anteproyecto
hasta su aparición y difusión en el D.C.B.
Como podemos observar, los documentos
oficiales esbozan en los tres ámbitos estudiados (profesor-educador,
equipo educativo, y relación padres-docentes), estos principios
educativos. Aparecen en germen, y debido a la coherencia y a la flexibilidad
de planteamientos es posible llevar a la práctica las realizaciones
que acabamos de exponer.
Hemos de tener en cuenta que posteriormente
a la publicación del D.C.B., fue aprobada la L.O.G.S.E. y con posterioridad
a ella surgió la aparición de la llamada "Caja Roja" conteniendo
nueve ámbitos, y uno de ellos dedicado exclusivamente a la colaboración
de los padres.
Esto nos hace meditar sobre el
hecho, de que si bien en los primeros documentos oficiales, aparecen solamente
esbozados los principios de colaboración tanto a nivel de equipo
educativo, como en la relación de padres-Centro, están ya
sentadas las bases para poder ser desarrolladas posteriormente, adaptándose
en cada Centro y comunidad, según sus circunstancias, posibilidades,
implicaciones con el entorno, deseos de renovación, espíritu
de iniciativa, etc.
Vamos pues a continuación
a realizar un pequeño análisis de los documentos ya mencionados.
En el Anteproyecto de Marco
Curricular aparecen señalados como esenciales los criterios
siguientes: consideran como protagonistas de la Educación Infantil
no solamente a los niños, sino también a los educadores,
maestros y padres. Esta premisa de partida implica una determinada estructuración
del Centro y aulas y un aprendizaje inmerso en un proceso contínuo,
que abarca no solamente a los alumnos, sino también a los adultos
que comparten la experiencia.
La Educación Infantil,
ha de tener presente el bienestar de todos, así como el planteamiento
de acciones conjuntas dirigidas a que el medio en que están inmersos
contribuyan al buen desarrollo de la acción educativa.
El Anteproyecto es el primer documento
en establecer estos principios básicos, así como en llevar
a cabo un planteamiento de actividad, búsqueda, reflexión
y análisis conjunto, compartiendo dificultades y logros para llegar
a una enriquecimiento común y hallazgo de respuestas nuevas.
Otro aspecto importante en la
relación profesor-alumno, que aquí se contempla, consiste
en saber reconocer por parte del adulto las diferencias y particularidades
del niño, así como el respeto hacia sus características
psico-sociales, culturales y lingüísticas. También
señalan que los maestros y educadores poseen sus características
propias e individuales que es necesario conocer y respetar.
El documento de Orientacions i
Programes de la Comunidad Catalana, es más completo que el anterior.
Refiriéndose al docente descubre como deben ser sus principales
rasgos profesionales y humanos. En la relación que se establece
entre padres y educadores señala dos ángulos esenciales:
la que se realiza a nivel individual, y la que se lleva a cabo a nivel
colectivo, describiendo como han de efectuarse los contactos iniciales,
como han de realizarse las entrevistas entre los padres y educadores,
mostrando los aspectos relevantes que han de quedar plasmados de forma
escrita.
Todos estos criterios que indudablemente
orientan y ayudan al educador, presentan a la vez una faceta no tan positiva
al marcar una excesiva directividad, inhibiendo la capacidad de iniciativa
y originalidad del docente.
Entre los rasgos más destacados
de la Reforma de la Educación Infantil, cabe señalar la
idea de trabajo en equipo, de forma solidaria y cooperativa. Esta forma
que es novedosa y encierra grandes valores positivos al desarrollarse
a través de ellas principios democráticos, de ayuda mutua
y solidaridad, sin embargo, no aparece recogida en esta comunidad.
Si, es tratada, no obstante, la
colaboración de los padres en la Escuela Infantil, haciendo referencia
a un hecho novedoso, como es la participación en el aula. Esta
colaboración puede consistir en la preparación y desarrollo
de actividades escolares, en otras extraescolares, e incluso de gestión
del Centro.
Estas acciones son enriquecedoras
para los alumnos y progenitores. Para los primeros porque les permite
entrar en contacto con otros ambientes y poder compartir a su familia,
con sus compañeros de aula. Y para los segundo, porque a través
de estas relaciones, pueden vivir la acción educativa desde el
interior, observando y aprendiendo, a su vez, de la que realiza el educador.
En la Comunidad Andaluza plantean
una serie de características muy completas, en torno al educador,
al grupo educativo, y a al relación con los padres, temas que tratan
individualmente.
Presentan en torno a estos ámbitos
una orientaciones prácticas muy precisas, lo que es natural, ya
que poseen tradición de trabajo en equipo, y sobre todo en la participación
activa de los progenitores, incluyendo la "escuela de padres".
Otra característica, consiste
en plantear que no es conveniente señalar las funciones distintas
para educadores o profesores (sea cual sea su titulación), ya que
esto representaría, según su criterio, una disfunción
para los alumnos del primer ciclo, que deben ser atendidos por las mismas
personas en todos sus ámbitos, desde el desarrollo socio-afectivo,
al motriz y al intelectual. El desdoblar quehaceres, supondría
no conceder contenido educativo a momentos considerados tradicionales
como de cuidados: dar la comida, cambiar pañales, acompañar
a dormir, etc., hechos que, no obstante, son de gran importancia para
el proceso educativo.
Por último, respecto al
Diseño Curricular Base, cabe señalar, que aparecen
criterios ajustados a hechos concretos, ya que este documento fue elaborado
para marcar las directrices de la puesta en marcha de la Reforma.
Los principios que se señalan
son los mismos que en el Anteproyecto, y en el resto de los documentos
mencionados, no obstante, en el Anteproyecto, aparecen descritos de forma
más general, dando mayor opción a posibles interpretaciones
y puestas en práctica. En el Diseño los criterios están
más ajustados a las necesidades y situaciones del proceso educativo,
en el que se pide al educador que sea un buen técnico en la aplicación
de los mismos.
Ante estas circunstancias cabe
reflexionar sobre la conveniencia de la mayor practicidad que presta el
Diseño, con sus premisas bien aquilatadas, o las que incluía
el Anteproyecto de mucha mayor apertura y flexibilidad, permitiendo al
maestro un mayor grado de iniciativa y de originalidad.
Para concluir podemos señalar,
que en los apartados que estudia este capítulo, existen una serie
de aspectos m uy positivos a destacar, como son el trabajo democrático
y cooperativo de los equipos educativos, y la participación activa
de los padres en el centro escolar a través de múltiples
contactos: entrevistas, salidas, visitas, etc. Pero sobre todo lo que
juzgamos de especial interés es a posible participación
en el aula de los progenitores.
Estos dos aspectos que son los
más novedosos y positivos que presenta la Reforma, son mantenidos
en todos los documentos estudiados, desde el Anteproyecto al D.C.B., estando
los criterios expuestos con mayor o menor amplitud y profundidad. Las
diferencias por tanto entre unos y otros son mínimas pues las bases
ya habían sido planteadas, y ejercido reflexión sobre ellas
desde el inicio del proceso.