Cuando hablamos de la
relación del niño o niña y medio hacemos referencia
a los distintos ambientes en el que éste se desenvuelve: la familia,
el centro escolar, su barrio. Teniendo en cuenta los elementos que lo
forman, las condiciones que inciden sobre ellos y los acontecimientos
que en ellos transcurren.
Así al hablar de la interacción
del niño o niña y su medio, debemos de tener en cuenta:
Los espacios donde realizan su actividad:
la casa, la calle, el parque, el barrio...
Los elementos que forman parte de
ellos: personas, animales, plantas, objetos...
Las relaciones que se establecen entre
los elementos: cooperación, participación, afecto, seguridad...
Los acontecimientos que tienen lugar
y que inciden directamente sobre ellos: la fiesta, costumbres, el nacimiento
de un nuevo hermano, la salud...
Todas estas variables inciden
sobre la formación del individuo, de forma que no podemos entenderlo
como algo estético, sino que tenemos que entenderla como algo dinámico
que conlleva implícito una serie de variables que condicionan y
determinan las actividades que se realizan en él.
El proceso de desarrollo del individuo
se genera al poner en relación una serie de factores genéticos
y ambientales, para llevarlo a cabo pone en funcionamiento elementos de
carácter interno y externo que ayudarán a ajustar su actuación
a las exigencias del medio. Aquí tendría un papel decisivo,
los estímulos que reciba del medio en que se desenvuelva y los
intercambios que se realicen en sus iguales y con los adultos. Estos pondrían
al alcance de los niños y niñas los medios necesarios para
que se desarrollen de forma adecuada dentro del grupo cultural del que
forma parte.
Así, a los educadores nos
corresponde la labor de organizar y planificar la acción educativa
teniendo en cuenta las características evolutivas de los niños
y niñas, las de su entorno, los distintos ritmos de aprendizajes,
motivaciones, intereses, etc., que permitan a los niños y niñas
ir adaptándose a su realidad natural y sociocultural.
Es obvio que a la familia le corresponde
en primer lugar el derecho y el deber de educar a sus hijos. Los criterios
educativos seguidos en el ámbito familiar no deben crear dicotomías,
con los que se ofrecen dentro del ámbito escolar, ya que el objetivo
primordial de ambas será la formación integral y global
del niño o niña, ofreciendo modelos coherentes y lo suficientemente
abiertos que le permitan integrarse en la cultura y la sociedad. Por lo
tanto, ambas líneas de actuación tendrán que ir en
la misma dirección para garantizar la seguridad y el equilibrio
en la formación del individuo.
Tanto desde el ámbito familiar
como desde el ámbito escolar deben establecerse mecanismos que
faciliten al niño o niña su interacción con el entorno
geográfico, cultural y social en el que se encuentran inmersos.
Con tal motivo proponemos una serie de actividades que puedan llevarse
a cabo dentro del ámbito familiar para facilitar a sus hijos la
interacción en el medio de que forman parte:
Observar los animales y plantas del
medio natural de que forma parte.
Visitar alguna granja, zoológico,
jardín botánico, etc., y observar y dialogar sobre características
de los animales y plantas presentes.
Fomentar el cuidado por parte del
niño o niña de flores o animales en el hogar.
Mostrar al niño o niña
álbumes de fotos en donde identifiquen a los distintos miembros
de su familia y las relaciones de parentesco que se establecen entre ellos.
Dialogar con los niños y niñas
sobre las ocupaciones de cada uno de ellos y los roles que desempeñan
en el hogar.
Explicar al niño o niña
los distintos elementos de casa y las posibilidades de riesgo de algunos
de dichos elementos.
Pasear con ellos en la calle mostrándole
cada uno de los elementos que la componen y funciones que realizan: comercios,
edificios públicos, medios de transporte, etc.
Enseñarle muy detalladamente
dentro de sus posibilidades las normas de educación vial: no bajar
de la acera, no correr por la calle, paso de peatones, semáforo,
etc.
Fomentar los juegos grupales.
Jugar a la identificación de
las distintas profesiones y su utilidad para la comunidad.
Participar en las fiestas populares,
acercando al niño o niña al conocimiento de las costumbres
y folklore de su ciudad o nación.
Acostumbrar al niño o niña
al cuidado y orden de sus juguetes, ropas, etc.
Enseñarle y acostumbrarle a
los principales hábitos de alimentación e higiene.
Explicarle la importancia de los alimentos
para la vida humana y su procedencia.
Iniciarlo en la comprensión
de los días de la semana, meses y estaciones asociándolos
con sucesos significativos.
Darle pequeñas responsabilidades
en las tareas de la casa.
Ver alguna película o contarle
alguna situación en que para hacer las cosas se cuente con la cooperación
de todos, compartir materiales, juguetes, etc.