En todos los ciclos educativos se debían desarrollan los contenidos transversales de "Educación para la Paz" y "Educación Moral y Cívica". Estos contenidos del currículo transversal impregnan, junto a otros, los contenidos del resto de las materias educativas, orientándolas hacia los valores éticos universales, en este caso concretados en actitudes y prácticas de tolerancia, convivencia democrática, respeto a la diversidad, diálogo y solidaridad.
Las Cajas Rojas del Ministerio orientan como han de realizarse y trabajarse estos Temas Transversales así como los ejes que los conforman. Aportan algunas orientaciones didácticas en función del ciclo educativo en que se encuentre el niño.
Con el paso del tiempo (no olvidemos que las Cajas Rojas se publicaron en el año 92), las experiencias que hemos podido ir recogiendo para el intervalo de edad considerado, siempre han coincidido en cuatro grandes líneas de trabajo:
Primera: Los "valores éticos universales", sean cuales sean en base al entorno cultural que los definan, han de enseñarse y como la propia educación, ha de comenzarse su adquisición desde el mismo nacimiento.
Segunda: Constituye un error conceptual plantearse el trabajo directo en la formación de los "valores éticos universales". Lo que debe hacerse es trabajar en las habilidades, hábitos, conceptos, nociones y vivencias que van a dar como resultado la formación del valor. Los valores realmente no se enseñan como tales, sino que surgen como consecuencia de la realización de actividades que sean de interés para los niños y niñas y en las cuales se realizan acciones que van actuando sobre la composición de estos futuros valores. El valor como tal se conoce, se aprende y se elige en las acciones de la vida cotidiana, por los comportamientos que los niños y niñas asimilan y por los que observan en los adultos. Si las actividades que se propician para la formación de los valores se acompañan de satisfacción y bienestar emocional, el niño y la niña tenderá a repetirlas, y se convertirán en habituales en la medida en que pasan a formar parte del sistema regulador de la conducta. Esto es, que la formación de hábitos y realización de actividades dirigidas a formar valores deben desarrollar sentimientos y vivencias, y no solo reforzamientos externos para orientar su conducta.
Tercera: Las actividades a programar para la adquisición de valores han de ser concebidas metodológicamente de manera que permitan que los niños y niñas se orienten por sí mismos en su realización, base de orientación que se transfiere a cualquier otra actividad semejante, y que progresivamente forma la capacidad, el motivo o el valor en dependencia de que es lo que se pretenda formar. Igualmente, y como decíamos en el punto anterior, han de basarse no solo en el conocimiento sino que han de ir acompañan de satisfacción y bienestar emocional. Los conocimientos por sí solos no garantizan la formación del valor, sino que han de acompañarse de vivencias emocionales, que expresan en este plano la unidad de los procesos afectivos y cognoscitivos.
El que "se orienten por sí mismos en su realización" implica que las actividades siempre las vamos a realizar procurando, aun desde la primera infancia, la auto-reflexión. En todas las experiencias analizadas, las actividades, concebidas de una u otra forma, siempre han sido diseñadas para su resolución en la asamblea de clase, lo que permite las aportaciones de los niños, su reflexión e interiorización.
Cuarto: A lo largo de absolutamente toda la infancia, los adultos van a ser el modelo referente en la adquisición de valores para los niños y niñas. Si bien en la adolescencia "el mundo de los adultos" se multiplica y diversifica en la vida de los niños, durante la infancia los adultos a que el niño mirará, observará y tenderá a repetir, es el binomio PADRES-EDUCADORES por lo que la interrelación entre estos es importantísima. En la medida que las condiciones de vida nos lo permiten, hemos de intentar que los valores transmitir sean paralelos, lo cual implica un conocimiento por los padres de las acciones emprendidas en el aula.