DIFERENCIAS EN HABILIDADES MATEMÁTICAS EN NIÑOS Y NIÑAS DE CINCO AÑOS.

M. Aguilar, J. I. Navarro, E. Marchena, C. Alcalde y J. García

Departamento de Psicología

Universidad de Cádiz

Nota: Este trabajo ha sido financiado por el proyecto de investigación BSO2003-04188 del MEC. Correspondencia a: Dr. M. Aguilar, Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias de la Educación. Campus Río San Pedro. Puerto Real. Cádiz. 11510. E-mail: manuel.aguilar@uca.es, Teléfono: 956 016217; Fax: 956 016253

Introducción

            Cuando se evalúa el conocimiento matemático se encuentra que tanto en los niños como en los adultos las diferencias pueden ser muy marcadas. En el muy conocido Informe Cockroft (1982) ya se mencionaba que en una clase de niños y niñas de 11 años es probable que haya un rango de hasta 7 años de diferencias en habilidades aritméticas. En un estudio más reciente Brown, Askew, Rhodes et al (2002) han encontrado diferencias similares en 6º curso (10-11 años) evaluados con tests estandarizados de matemáticas. Las diferencias entre los alumnos que se encuentran el percentil 5 y el percentil 95 se corresponde con 7 años cronológicos en “edad matemática”.

Estas diferencias se confirman en las evaluaciones internacionales como por ejemplo, en el TIMSS (1996) o el PISA (2003). Aunque son menos pronunciadas en los países del Pacífico Oriental (TIMSS, 1996). Sin embargo, análisis cuidadosos de estos resultados también muestran que las diferencias entre alumnos de la misma edad en un mismo país son grandes (Schmidt, McKnight, Cogan , Jackwerth, and Houang, 1999; Tsuge, 2001).

Esta variabilidad también se constata en el desarrollo matemático temprano (Ginsburg, Klein y Starkey, 1998; Huges, 1981; Van de Rijt y Van Luit, 1994; Young-Loveridge, 1991). Por ejemplo, Wright (1994) en una muestra de niños de 5 y 6 años encontró diferencias de hasta tres años en habilidades matemáticas. Algunos estudios relacionan estas diferencias con la desventaja socio-económica y las lenguas minoritarias (Bowman, Donovan y Burns, 2001; Denton y West, 2002; Natriello, McDill y Pallas, 1990). Son muy conocidos los trabajos que reflejan las diferencias en conteo entre países asiáticos (China, Japón y Corea) y países occidentales (USA, Francia, Suecia, etc.). Así mientras en China los niños de 4 años suelen contar hasta 50, los europeos de la misma edad apenas llegan a 15 (Fayol, 2005). 

Estudios longitudinales señalan que estas diferencias se mantienen bastante estables a lo largo del desarrollo y los niños y niñas permanecen en la misma posición con respecto a sus iguales a lo largo de la escolaridad primaria y secundaria (Fogelman, 1983; Newman, 1984; Wels y Van den Munckhof, 1979; Young-Loveridge, 1991). Incluso esta diferencia entre los más y menos competentes se amplian con el paso del tiempo (Fogelman, 1983). Estos descubrimientos permiten afirmar que reforzar el aprendizaje matemático en la escolaridad temprana podría reportar un gran beneficio a niños y niñas en los inicios de la escolaridad obligatoria.

Desde los estudios de Piaget y Szeminska (1941), se ha considerado que el desarrollo del pensamiento lógico es la base del desarrollo del número y las habilidades aritméticas  en el niño (Baroody, 1988; Dehaene, 1997; Fayol, 1990). De acuerdo con este enfoque el desarrollo matemático va unido al desarrollo del pensamiento lógico; por ejemplo, hablamos de adquisición del número en el momento en que el niño controla los principios de la lógica y el uso de inferencias que conlleva. Básicamente en el aprendizaje del número subyacen las operaciones de seriación y clasificación. También la operación de conservación juega un papel importante en el conjunto de la teoría piagetiana. Los números no serían inteligibles si no quedaran idénticos a ellos mismos cualquiera que fueran las transformaciones aparentes que sufrieran. En definitiva, el modelo piagetiano ha tenido una influencia enorme en los procesos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. Igualmente el modelo ha sido utilizado como cuadro teórico para la comprensión de las discalculias.

Las críticas al modelo piagetiano han sido variadas y aunque alguna de ellas no son fundadas, otros trabajos experimentales llegan a poner en duda el modelo operatorio del número defendido por Piaget considerando que el modelo proporciona una explicación incompleta de las competencias numéricas en el niño (Barouillet y Camos, 2002). 

Un  enfoque alternativo defiende que no es clara la relación entre el desarrollo del número y las operaciones lógicas. Al contrario, defiende que la comprensión del número se desarrolla gradualmente a través de las experiencias de conteo del niño (Gelman y Gallistel, 1978; Barouillet y Camos, 2002; Lehalle, 2002). Según este marco teórico, el conteo es visto como una noción más compleja -y no solo un recitado memorístico de la cadena numérica oral- que va desde niveles concretos a niveles más abstractos.  La iniciación del niño en el mundo del número se da en contextos de crianza, de manera que las interacciones que se producen en el seno familiar tienen relación con producciones numéricas: canciones con números, rimas, juegos, cumpleaños, etc. En el desarrollo temprano se enfrentan, pues, a los números de formas muy variadas.

Este enfoque ha permitido conocer e identificar con precisión la progresión y desarrollo del conocimiento matemático entre los dos y los siete años de edad (Carpenter, Fennema, Loef Franke, Levi, y Empson., 1999; Clarke y Cheeseman, 2000; Fuson,  Wearne, Hiebert, Murray, Human, Olivier, Carpenter & Fennema, 1997; Jones, Thornton, Putt, Hill, Mogill, Rich, y Van Zoest, 1996; Wright, 1998). Las conclusiones de estos estudios asumen que además de las mencionadas operaciones lógicas piagetianas, varias destrezas de conteo son también importantes para el desarrollo del número y así, el aprendizaje del sistema de numeración convencional empezaría en la infancia temprana con la adquisición de la secuencia verbal de la cadena numérica.

Un punto de vista que podríamos denominar interaccionista (Van de Rijt, 1996; Van de Rijt y Van Luit, 1998) asume que las operaciones piagetianas y el conteo no tienen por qué ser separados y que juntos contribuyen al desarrollo del número. Asume que las operaciones piagetianas y las habilidades de conteo hacen una contribución al desarrollo de la matemático, aunque se considera que la aportación del conteo es mayor que la de las operaciones lógicas (Nunes y Bryant, 1996). Algunos estudios han resultado concluyentes para apoyar este punto de vista. En este sentido, un estudio pionero fue el de Clements (1984) en el que mostró que el entrenamiento a un grupo de niños de cuatro años en destrezas de conteo producía una mejora no solo en el conteo sino también en tareas piagetianas (seriación y clasificación). Clements concluye en este estudio que el conteo, la seriación y la clasificación son interdependientes.

Objetivos

Parece, pues, necesario conocer estos conocimientos matemáticos. En trabajos anteriores hemos evaluado conocimientos matemáticos informales (Aguilar, 1999; Aguilar, Ramiro y López, 2002) y adaptado el Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech (TEMTU) (Van de Rijt, Van Luit y Pennings, 1999; Aguilar, Navarro, Marchena, Alcalde y García, en prenesa). Generalmente la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje se organiza de manera que se diseñan y realizan actividades para el alumno “medio”, por eso interesa conocer el grado de “uniformidad de conocimientos” matemáticos que presentan los niños de esta edad. Si las diferencias encontradas son importantes, las implicaciones para la enseñanza  serían valiosas al tener que implementar actividades diferenciadas para los disitntos grados de desarrollo matemático en cada grupo-clase. El poder intervenir antes de la escolaridad obligatoria añade un valor de prevención de las dificultades de aprendizaje de las matemáticas. Con estos antecedentes planteamos los siguientes objetivos:  

·        Conocer las habilidades matemáticas de carácter relacional y las de tipo cognitivo (conteo y conocimiento genereal de los números) de los niños y niñas cuando se encuentran en el último año de la escolaridad no obligatoria.

·        Determinar las diferencias en el desarrollo matemático en alumnado escolarizado en el mismo nivel de Educación Infantil.

·        Precisar qué número de niños no han desarrollado suficientemente las destrezas matemáticas antes de entrar en Primero de Educación Primaria. 

·        Comprobar si existen diferencias en función del género en el desarrollo matemático al terminar la Educación Infantil.

Método

Participantes

El TEMTU fue administrado a 151 alumnos (77 niños y 74 niñas) de 3º de Educación Infantil de centros escolares de la provincia de Cádiz (España). En cada aula había un mínimo de 20 alumnos y un máximo de 25. Los participantes proceden de cuatro centros escolares (dos públicos y dos concertados) de ámbito urbano y rural y acogen a niños y niñas de nivel socioeconómico medio y medio-bajo. El rango de edad oscila entre los 4 años y 7 meses y 5 años y 11 meses, siendo la media de 5 años y 3 meses. La media de edad para los niños fue de 63,65 meses (dt = 3,75) y para las niñas de 63,42 (dt = 3,49). La administración del  test contó con la autorización de los responsables del centro y de los padres de los alumnos.

            La distribución de la muestra se ha repartido en tres grupos de edad según se muestra en la tabla 1.

Tabla 1

Grupos de edad

Niños

Niñas

Total

Grupo I         4.09- 5.00

14

21

35

Grupo II        5.01 – 5.06

36

34

70

Grupo III      5.07 a- 5.10

27

19

46

Material

El Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech (TEMTU) (Van de Rijt, Van Luit y Pennings, 1999) es una prueba de papel y lápiz dirigida a evaluar el nivel de competencia matemática temprana.

El test consta de tres versiones paralelas (A, B y C) de 40 ítemes cada una de ellas. El TEMTU se compone de 8 subtests y cada uno de ellos es evaluado a través de cinco ítemes. Los ocho componentes del tests reúnen tareas relacionadas con las operaciones piagetianas pero también incluye tareas relacionadas con el conteo. Los ejercicios de conteo del test proceden del trabajo original de Fuson (1988). Fuson investigó profundamente el desarrollo del conteo y de la utilización funcional de la numeración entre los niños de dos a ocho años de edad.

Con la ayuda de una de las tres versiones el evaluador  puede tener una medida del desarrollo de la competencia matemática del alumno/a. Comparando la ejecución de un niño con otros de su grupo normativo se puede determinar el nivel de competencia matemática temprana. Los componentes de la prueba son los siguientes.

            1. Conceptos de comparación. Este aspecto se refiere al uso de conceptos de comparación entre dos situaciones no equivalentes relacionados con el cardinal, el ordinal y la medida. Son conceptos usados con frecuencia en las matemáticas: el más grande, el más pequeño, el que tiene más, el que tiene menos, etc. Un ejemplo de ítem de este subtest es: “Aquí ves unos indios. Señala el indio que tiene menos plumas que éste que tiene su arco y sus flechas”. Gelman y Baillargeon (1983) mostraron que los niños de cuatro años son capaces de usar estos conceptos.

            2. Clasificación. Se refiere al agrupamiento de objetos basándose en una o más características. Un ejemplo de ítem es: “Mira estos cuadrados. ¿Puedes señalar el que tiene cinco bloques pero ningún triángulo?”. Con la tarea de clasificación se pretende conocer si los niños, basándose en la semejanza y en las diferencias, pueden distinguir entre objetos y grupos de ellos.

            3. Correspondencia uno a uno. Este subtest evalúa el principio de correspondencia uno a uno. El niño debe ser capaz de establecer esta correspondencia entre diferentes objetos que son presentados simultáneamente. Una muestra de este subtest es el ítem 12: el evaluador le da al niño 15 cubos y le presenta un dibujo que representa las caras de dos dados con el patrón de puntos de 5 y 6. “Yo he lanzado dos dados y he conseguido estos puntos. ¿Puedes darme la misma cantidad de cubos?”.

            4. Seriación. La seriación es ordenar una serie de objetos discretos según un rango determinado. Se trata de averiguar si los niños son capaces de reconocer una serie de objetos ordenados. Los términos usados en esta tarea son: ordenadas de mayor a menor, del más delgado al más grueso, de la más pequeña a la más grande. Ejemplo: “Aquí ves unos cuadrados que tienen unos palitos Señala el cuadrado donde los palitos están ordenados del más delgado a la más grueso”.

            5. Conteo verbal (uso de la secuencia numérica oral). En este subtest se evalúa la secuencia numérica oral hasta el 20. La secuencia puede ser expresada contando hacia adelante, hacia atrás y relacionándola con el aspecto cardinal y ordinal del número. Ejemplo: “Cuenta desde el 9 hasta el 15". Fuson (1988) informó que muchos niños de clase media a los tres años y medio cuentan hasta 10, entre los tres y medio y cuatro y medio están ocupados en aprender la secuencia entre 10 y 20. Sin embargo, entre los 4 y medio y los seis solo conocen de manera imperfecta la secuencia entre 14 y 20.

            6. Conteo estructurado. Este aspecto se refiere a contar un conjunto de objetos que son presentados con una disposición ordenada o desordenada. Los niños pueden señalar con el dedo los objetos que cuentan. Se trata de averiguar si son capaces de mostrar coordinación entre contar y señalar. Ejemplo: El evaluador pone sobre la mesa un total de 20 bloques de forma desorganizada. El niño es requerido a que cuente todos los bloques. Se le permite señalar o tocar los bloques con los dedos o mover los bloques contados de un sitio a otro. El trabajo de Fuson (1988) demostró que muchos de los niños de entre cinco años y medio y seis son capaces de contar correctamente cuando se les permite señalar o mover los objetos de sitio.

            7. Resultado del conteo (sin señalar). El niño tiene que contar cantidades que son presentadas como colecciones estructuradas o no estructuradas y no se le permite señalar o apuntar con los dedos los objetos que tiene que contar. Un ejemplo es: Se le presenta al niño 15 cubos en tres filas de cinco cubos cada una con un espacio entre ellos y se le pregunta: “¿Cuántos cubos hay aquí?”.

            8. Conocimiento general de los números. Se refiere a la aplicación de la numeración a las situaciones de la vida diaria que son presentadas en formas de dibujo. Un ejemplo es: “Tú tienes 9 canicas. Pierdes 3 canicas. ¿Cuántas canicas te quedan? Señala el cuadrado que tiene el número correcto de canicas”.

            Cada uno de los ocho componentes del test tiene cinco ítems. Cada acierto se puntúa con 1 y los errores con 0. La puntuación directa máxima que puede obtenerse es de 40. Los cuatro subtests primeros (ítems 1 a 20) evalúan habilidades de tipo piagetiano y los cuatro últimos (ítems 21 a 40) estiman las habilidades numéricas de corte más cognitivo.

Procedimiento

            Los autores del trabajo administraron el TEMTU en su versión A de forma individual, dentro del centro escolar al que pertenecían los participantes, durante los meses de Septiembre, Octubre y Noviembre de 2004, y tras un periodo de entrenamiento en el manejo del mismo. Completar el test lleva aproximadamente entre veinte y treinta minutos. Todos los ítems son presentados oralmente y los niños responden señalando en un material con dibujos o, en el caso de las tareas de contar y de numeración, manipulando pequeños cubos de madera del tipo unifix. Algunos de los ítems requieren que el alumno/a use el lápiz para unir los objetos del dibujo presentado. Los datos han sido procesados y analizados usando el programa SPSS 11.5 para Windows.

Resultados y discusión

            En primer lugar presentamos los resultados globales que la muestra ha obtenido en cada uno de los ocho subtests del TEMTU y la puntuación global (Tabla 2). Comparando estos resultados con los obtenidos por Van de Rijt y Van Luit (1994) en el grupo de edad comprendido entre 4 y 5 años se observan similitudes y diferencias. Las medias obtenidas en su estudio en los subtests del TEMTU de tipo piagetiano fueron: Comparación, 3,56 (dt = 0,32); Clasificación, 2,56 (dt = 1,29); Correspondencia, 1,93 (dt = 1,15); y Seriación, 1,13 (dt = 1,03 ), que son muy similares o algo menores a los que nosotros hemos encontrado. En cambio, en los subtest de habilidades numéricas las medias de nuestros participantes ha sido mayor, excepto en el subtest de conteo resulante: Conteo verbal, 1,26; Conteo estructurado, 1,26; Conteo resultante, 0,87 y Conocimiento general de los números, 1,00. Una explicación de estos resultados tendría que ver con el hecho de que los grupos que se comparan no son equivalentes en edad cronológica. La muestra de Van de Rijt y Van Luit (1994) con 230 participantes tiene un rango de edad de 4 a 5 años, la nuestra está comprendida entre 4 años y 9 meses y 5 años y 10 meses por ser aplicado el test en los meses iniciales del curso 2004-2005.

            En segundo lugar se presentan los resultados en función de los grupos de edad en los que hemos dividido a los niños y niñas participantes (Tablas 2, 3 y 4).

Tabla 2. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech: toda la muestra.

 

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. Típ.

COMPARACION

151

2,00

5,00

4,37

,78

CLASIFICACION

151

,00

5,00

3,49

1,07

CORRESPONDENCIA

151

,00

5,00

1,96

1,47

SERIACION

151

,00

5,00

1,54

1,50

CONTEO VERBAL

151

,00

5,00

1,63

1,55

 CONTEO ESTRUCTURADO

151

,00

5,00

1,56

1,37

CONTEO RESULTANTE

151

,00

5,00

,96

1,17

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

151

,00

5,00

1,99

1,47

 TOTAL DEL TEST

151

4,00

36,00

17,53

7,58

N

151

       

            Las Tablas ( ) muestran los datos de los tres grupos de edad en los que se ha dividido la muestra evaluada.  Tanto la media del total del test como la de los subtets de que se compone permite afirmar que se produce un desarrollo gradual y progresivo en relación con la edad. Las medias globales van aumentando desde 13,08 en el grupo de menor edad (Grupo I) a 17,65 en el grupo II y 20,71 en el grupo III.  La diferencia de medias entre el grupo de edad más pequeño y el mayor es de algo más de 7 puntos. Estos datos confirman que existen diferencias considerables entre niños y niñas que reciben la misma enseñanza en Educación Infantil.  Los datos de estas tablas permiten algunos análisis interesante: a partir de los 5 años y 1 mes siempre encontramos algún participante que realiza bien todos los ítems de alguno de los ocho componentes del tests (en cada uno de los subtest la puntuación máxima posible es 5). En el grupo de mayor edad y en la puntuación total del test nos encontramos con una puntuación máxima de 35 que corresponde a una edad equivalente de desarrollo matemático de 2º de Educación Primaria (puntuación media del test a los 7 años de 32, Van de Rijt y Van Luit, 1994).  Lo cual quiere decir que al iniciarse el tercer curso de Educación Infantil hay niños y niñas que presentan un desarrollo de habilidades matemáticas muy por encima de su edad cronológica y con bastante ventaja sobre sus compañeros de aula.  

            Cabe comentar otros resultados que proporciona el análisis de los datos. Si prestamos atención a los subtests de tipo relacional o piagetianos, comparación, clasificación, correspondencia uno a uno y seriación, es en este último componente donde las puntuaciones son más bajas en cada uno de los grupos de edad en los que hemos dividido la muestra. Es decir la tarea de seriación sería la más difícil en todas las edades. Podemos conjeturar que los resultados podrían variar si la seriación fuera evaluada con un formato no de tipo lógico sino numérico tal como plantea Grégoire (2005), dando al niño una serie de cartas con dibujos de árboles de 1 a 9 y que las ordene de menor a mayor y una vez realizado pedirle que inserte en la fila una carta con 5 árboles representados.

Tabla 3. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech. Grupo I. 4,07 - 4,12.

SUBTEST

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. típ.

COMPARACION

35

2,00

5,00

4,00

,87

CLASIFICACION

35

,00

5,00

3,20

1,15

CORRESPONDENCIA

35

,00

4,00

1,48

1,24

SERIACION

35

,00

3,00

,94

1,02

CONTEO VERBAL

35

,00

4,00

1,11

1,25

CONTEO ESTRUCTURADO

35

,00

3,00

,82

,85

CONTEO RESULTANTE

35

,00

2,00

,34

,63

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

35

,00

4,00

1,17

1,09

TOTAL DEL TEST

35

5,00

25,00

13,08

5,24

N

35

       

Tabla 4. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech. Grupo II. 5,01- 5,06

SUBTETS

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. Típ.

COMPARACION

70

2,00

5,00

4,51

,73

CLASIFICACION

70

1,00

5,00

3,47

1,05

CORRESPONDENCIA

70

,00

5,00

1,87

1,43

SERIACION

70

,00

5,00

1,44

1,43

CONTEO VERBAL

70

,00

5,00

1,62

1,51

CONTEO ESTRUCTURADO

70

,00

5,00

1,52

1,27

CONTEO RESULTANTE

70

,00

5,00

1,01

1,09

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

70

,00

5,00

2,14

1,39

TOTAL DEL TEST

70

6,00

35,00

17,65

6,89

N

70

       

Tabla 5. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech. Grupo III. 5,07- 5,12

 

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. típ.

COMPARACION

46

3,00

5,00

4,45

,72

CLASIFICACION

46

1,00

5,00

3,73

,97

CORRESPONDENCIA

46

,00

5,00

2,45

1,57

SERIACION

46

,00

5,00

2,17

1,70

CONTEO VERBAL

46

,00

5,00

2,04

1,72

CONTEO ESTRUCTURADO

46

,00

5,00

2,19

1,57

CONTEO RESULTANTE

46

,00

5,00

1,34

1,41

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

46

,00

5,00

2,39

1,61

TOTAL DEL TEST

46

4,00

36,00

20,71

8,51

N

46

       

            Otro de los objetivos de este trabajo es precisar y diferenciar a los niños y niñas que pueden presentar debilidades en las destrezas matemáticas antes de incorporarse a la escolaridad obligatoria. Van de Rijt y Van Luit (1994) establecen diversos procedimientos para detectar  a los niños que puedan presentar riesgos de dificultades de aprendizaje de las matemáticas. Si elegimos a los participantes que se encuentran una desviación típica por debajo de la media, el número de niños y niñas de la muestra que reúnen este requisito es de 25, que representa el 16,5% de la muestra. Estos datos certifican la importancia de diseñar y aplicar programas que recorten las diferencias encontradas entre el alumnado que asisten al mismo nivel escolar.

El último objetivo que enunciamos pretendía comprobar si existen diferencias en función del género en el desarrollo matemático al terminar la Educación Infantil. Los datos que presentamos en las tablas 6 y 7 no precisan de análisis estadísticos comparativos pues las diferencias en el total del test son insignificantes. Nos atrevemos a afirmar, pues, que las diferencias de género encontradas en las matemáticas se desarrollan y establecen después de la Educación Infantil.

Tabla 6. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech. Niños.

 

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. típ.

COMPARACION

77

2,00

5,00

4,41

,74

CLASIFICACION

77

1,00

5,00

3,44

,99

CORRESPONDENCIA

77

,00

5,00

2,02

1,613

SERIACION

77

,00

5,00

1,44

1,58

CONTEO VERBAL

77

,00

5,00

1,61

1,63

CONTEO ESTRUCTURADO

77

,00

5,00

1,63

1,45

CONTEO RESULTANTE

77

,00

4,00

,94

1,16

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

77

,00

5,00

2,02

1,5

TOTAL DEL TEST

77

5,00

35,00

17,48

8,18

N

77

       

Tabla 7. Estadísticos descriptivos en los subtest del Test de Evaluación Matemática Temprana de Utrech. Niñas

 

N

Mínimo

Máximo

Media

Desv. típ.

 COMPARACION

74

2,00

5,00

4,33

,83

CLASIFICACION

74

,00

5,00

3,54

1,14

CORRESPONDENCIA

74

,00

5,00

1,89

1,31

SERIACION

74

,00

4,00

1,66

1,41

CONTEO VERBAL

74

,00

5,00

1,66

1,47

CONTEO ESTRUCTURADO

74

,00

5,00

1,50

1,29

CONTEO RESULTANTE

74

,00

5,00

,97

1,19

CONOCIMIENTO GENERAL DE LOS NUMEROS

74

,00

5,00

1,95

1,40

TOTAL DEL TEST

74

4,00

36,00

17,5

6,97

N

74

       

            Para finalizar  queremos señalar que el TEMTU puede perfilarse como un instrumento adecuado para conocer los niveles de desarrollo matemático en Educación Infantil ya que no contamos con otras herramientas de fácil aplicación como la que aquí hemos utilizado.  Somos conscientes de que estos resultados están limitados por el tamaño de la muestra y el formato de elección de los participantes (no al azar). Se requiere una estandarización adecuada del test, proceso que en este momento está en marcha.

Referencias

Aguilar, M. (1999). Los niveles de conteo de K. Fuson en una muestra de alumnos de Infantil y Primaria. Comunicación presentada a las 9ªs Jornadas para el Aprendizaje y la Enseñanza de las Matemáticas. Lugo.

Aguilar, M., Navarro, J. I., Marchena, E., Alcalde, C. & García, J. (en prensa). Evaluación del conocimiento matemático temprano por medio del test Utrech.

Aguilar, M.; Ramiro, P. y López, J. M. (2002). Conocimiento numérico en una muestra de niños y niñas de cinco años. Comunicación presentada al II Congreso Internacional de Educación Infantil. Granada, 19, 20 y 21 de Marzo de 2002.

Aubrey, C. (1993). An investigation of the mathematical knowledge and competencies which children bring into school. British Educational Research Journal, 19(1), 27-41.

Baroody, A. J. (1 988). El pensamiento matemático de los niños.  Un marco evolutivo para maestros de preescolar, ciclo inicial y educación especial. Madrid: Aprendizaje-Visor.

Barrouillet, P. & Camos, V. (2002). Savoirs, savoir-faire arithmétiques, et leurs deficiencies. Paris : Rapport pour le Ministère de la Recherche. 

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