EL NIÑO Y LA NIÑA DE 2 A 3
AÑOS
Cuando el niño y la niña alcanzan
los dos años de edad han transcurrido un intenso camino de
formación de sus destrezas iniciales que, sin embargo, los
hacen aún en extremo dependientes del apoyo del adulto, y
es precisamente en este tercer año de vida cuando se operan
cambios muy significativos que les permiten actuar por sí
mismos y comunicarse con los demás de una manera muy notable.
El deseo de independencia, y que se manifestaba
en el "yo solito" del año anterior se va a manifestar
de forma mucho mas abierta, y ahora trata de hacer las cosas por
sí mismo, y se molesta cuando se lo impiden, volviéndose
impaciente y voluntarioso. Pero como aún no tiene las posibilidades
intelectuales de realizar todas las cosas que quiere, necesita de
la ayuda paciente y el control del adulto, para guiarle convenientemente.
Esto hace que ya sea capaz de valerse por sí
mismo en algunas cosas, y así puede quitarse algunas prendas
de vestir (como sus shorts o sus zapatos), lavarse las manos, comer
solo utilizando la cuchara y sin derramar los alimentos, entre otros
logros.
Es en este año donde la explosión
del lenguaje es mas manifiesta, y de aquel niño o niña
que a los dos años apenas unía dos o tres palabras
en sus frases, hacia los tres ha asimilado una notable cantidad
de palabras y de formas de hablar que le permiten hacer y responder
preguntas y sostener una conversación sobre las cosas que
suceden a su alrededor, a esto es lo que se le llama conversación
situacional, porque aún le cuesta trabajo hablar de lo que
no está en su entorno directo.
Esta ampliación tan notable del lenguaje
hace que se interese por los relatos y cuentos simples que se les
hagan, y decir algunas frases de una canción que les guste.
Cuando alguien les canta, puede acompañar el canto con alguna
frase musical, moverse de acuerdo con el ritmo que escucha, y seguir
con palmadas lo que se le pide.
Ya es bastante hábil en sus movimientos,
puede saltar en dos pies, caminar por encima de bancos, lanzar mas
o menos bien, y se enorgullece mucho de sus hazañas motoras,
como puede ser derribar objetos lanzándoles una pelota. Esto
hace que sean bastante arriesgados, y hay que tener cuidado para
que no sufran caídas o se den golpes innecesariamente.
Si antes jugaba solo, ahora empieza a jugar con
otros niños y niñas, imitando a los adultos en sus
juegos, aunque todavía sin que haga un argumento muy complejo,
con acciones simples pero que ya tienen un sentido. Los conflictos
son frecuentes, porque aún no tiene un buen control de sus
impulsos y siempre quieren hacer el papel principal.
No obstante, le gusta estar con otros niños
y niñas en actividades diversas, y los busca para jugar y
hablar. Las relaciones con los adultos son aún muy buenas,
aunque hacia los tres años algunos niños y niñas
se adelantan y empiezan a mostrar indicios de la famosa crisis del
desarrollo de los tres años, de la cual hablaremos cuando
describamos a los niños y niñas de tres a cuatro años.
En su desarrollo intelectual hay grandes logros,
se desarrollan mucho los intereses por saber y conocer, y puede
comparar los objetos por su color, por su forma, y por su tamaño,
aunque aún tenga dificultades para nombrar estas cualidades
sin que se equivoquen algunas veces.
En su pensamiento aparece una condición
muy importante, y es que pueden atribuírle un significado
diferente a cualquier objeto, como puede ser el que digan que un
palo es un caballo, o que una silla es un avión. Esta capacidad
de sustituir es muy importante para el desarrollo de su inteligencia.
Por lo general, y si la educación ha sido
satisfactoria, son niños y niñas que se mantienen
establemente alegres y activos, y que se relacionan bien con los
demás, suelen demostrar mucho afecto hacia los animales,
con los que se encariñan fácilmente.
Dibujan aún con limitaciones en sus trazos,
pero ya pueden darle significado a sus garabatos, cuando se les
pregunta que han pintado dicen "¿No ves que he hecho una mariposa?,
como si todos tuvieran que saber lo que han hecho. Lo mismo pasa
con las figuras que modelan con plastilina o barro, a las que siempre
les encuentran parecido luego que la hacen.
A esta altura del desarrollo, ya el lenguaje comienza
a servir para controlar su conducta, y si se le elogia se alegra,
y cuando se le regaña se averguenza. Esto permite organizar
mejor su comportamiento y facilita la formación elemental
de hábitos de orden y disciplina.
En la formación de hábitos higiénicos
hay un importante avance, y es que es capaz de comunicar que tiene
necesidad de hacer una necesidad fisiológica, lo cual permite
orientarles que vayan al baño antes de que ocurra un "accidente".
No obstante, a veces cuando se entusiasman con el juego, se olvidan,
y sobreviene el incidente, pero esto es solo de manera ocasional
y no hay que regañarlos porque suceda esto.
Generalmente son niñas y niños traviesos,
pero sus sencillas travesuras no son por maldad, sino por hacer
algo distinto a lo que usualmente hacen, esto también es
manifestación de una inteligencia que se está desarrollando,
y que en este momento está abocada a un cambio trascendental,
que será mucho mas manifiesto en el año de vida siguiente.
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