Recortes de Prensa sobre la educación y crianza de los más pequeños

Según un estudio, Criar bebés «a la antigua usanza» favorece desarrollo cerebral

Las prácticas modernas como dejar a los bebés llorar, no amamantarlos o cogerlos poco en brazos perjudica el desarrollo del cerebro de los niños.

Las prácticas sociales y las creencias culturales modernas impiden el desarrollo mental y emocional sano de los niños, según un conjunto de investigaciones interdisciplinarias divulgado hoy por la Universidad Notre Dame (Indiana, EE.UU.).

Según la investigadora Darcia Narváez -profesora de psicología que se especializa en el desarrollo moral de los niños y la forma en que las experiencias tempranas pueden influir el desarrollo del cerebro- «Algunas prácticas y creencias equivocadas son comunes en nuestra cultura como, por ejemplo, el uso de ‘fórmulas’ infantiles para la alimentación de los bebés, el aislamiento de los infantes en sus propios dormitorios, o la creencia de que, si se responde demasiado rápido a las quejas del bebé, se le ‘acostumbra mal‘», dijo Narváez.

La nueva investigación vincula ciertas prácticas tempranas de la crianza -que son comunes en las sociedades de cazadores y recolectores- con resultados emocionales saludables y específicos en la edad adulta. «El amamantamiento de los bebés, la respuesta cuando lloran, el contacto físico casi constante y el que haya varios adultos que se ocupan de la crianza son algunas de las prácticas de crianza ancestrales que han demostrado su impacto positivo en el desarrollo del cerebro, lo cual no sólo moldea la personalidad sino que ayuda además en la salud física y el desarrollo moral«, dijo Narváez.

Los estudios, añadió, muestran que la respuesta a las necesidades del infante, sin dejarlo que «se canse de llorar», influye en el desarrollo de la conciencia, y que el contacto físico positivo afecta la reacción al estrés, el control de los impulsos y la empatía. Del mismo modo, según esta investigadora, el juego libre en un ambiente natural influye en las capacidades sociales y el manejo de la agresión, y cuando hay todo un grupo de personas que proveen el cuidado, más allá de la madre sola, mejora el cociente intelectual.

En lugar de estar en brazos, los niños permanecen más tiempo en sus carritos, asientos para el automóvil y otros aparatos. Sólo alrededor del 15 por ciento de las madres amamanta a sus bebés y las que lo hacen no van más allá de unos 12 meses; las familias están fragmentadas y ha disminuido el tiempo que padres y madres permiten que sus hijos jueguen.

Narváez señaló que otros miembros de las familias y los maestros pueden tener un impacto benéfico cuando el niño se siente seguro en su presencia. «El hemisferio derecho del cerebro, que gobierna gran parte de la autorregulación, la creatividad y la empatía, puede crecer a lo largo de toda la vida», añadió.

Levantarte o no cuando tu bebé llora por la noche, el eterno dilema. Una nueva investigación recomienda resistir la tentación de responder al llanto inmediatemente para que el niño aprenda a calmarse solo.

Levantarse o no levantarse cuando el bebéllora por la noche, ese es el dilema de muchos padres. De hecho, es una las preguntas más frecuentes en la consulta del pediatra. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Temple (EE.UU.), liderado por la profesor de Psicología Marsha Weinraub, apoya la idea de que es mejor dejar que el niño se calme solo y vuelva a dormirse sin ayuda.

«A los seis meses, la mayoría de los bebés duermen toda la noche, despertando a sus madres una vez por semana. Sin embargo, no todos los niños siguen este patrón de desarrollo», asegura Weinraub, experta en desarrollo infantil y relaciones padres-hijos. Para el estudio, publicado en la revista «Developmental Psycology», Weinraub y sus colegas midieron los patrones de sueño de 1.200 niños de entre 6 y 36 meses. Sus hallazgos revelaron que existían dos grupos: durmientes y durmientes transitorios.

«Los resultados sugieren un par de cosas. Una es que los factores genéticos como el del temperamento difícil están implicados en los problemas de sueño tempranos», señala la investigadora, que recomienda a las familias consultar con un especialista cuando los problemas persistan más allá de los 18 meses. Otra conclusión es la importancia de que los bebés aprendan a dormirse solos. «Si las madres se levantan con estos despertares nocturnos y/o si el bebé tiene el hábito de dormirse mientras le da el pecho, el niño no aprende cómo calmarse solo, algo que es fundamental para regular el sueño», advierte Weinraub. «Los padres deben buscar rutinas para para ayudar a los bebés a calmarse. El mejor consejo es acostar a los bebés a la misma hora todas las noches, dejarles conciliar el sueño solos y resistir la tentación de responder al llanto inmediatemente», aconseja la autora del estudio.

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