CUMBRE SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO: SIN EDUCACIÓN NO HAY SOLUCIÓN.

El cuidado del medio ambiente habría que incluirlo en el currículo escolar

Estos días Madrid acoge en Ifema la cumbre del clima de Naciones Unidas, conocida como COP25 que debía de haberse celebrado en Chile.

Se espera que asistan delegados de los casi 200 países que participan en la conferencia en la que, en palabras de Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva del área de cambio climático de Naciones Unidas “los países trabajaran juntos en un espíritu de multilateralismo para hacer frente al cambio climático, el mayor desafío al que se enfrentan las generaciones presentes y futuras”.

Nos preguntamos para que servirá esta reunión, más allá de las fotos y las palabras grandilocuentes, cuando los acuerdos de la última en Paris, no se han cumplido. A parte del impacto económico que tendrá para la ciudad de Madrid, los educadores dudamos que ahora se consiga lo que las anteriores reuniones no han conseguido.

Cualquiera sabe que hay que actuar en dos líneas de trabajo:

• la de los gobiernos regulando y favoreciendo determinadas acciones
• la de las personas, mediante un consumo responsable y un reciclado convincente.
La de los gobiernos esperemos que a diferencia de la reunión de Paris, las cumplan. La de las personas no creemos que se pueda llegar a acabo si no hay una educación desde la cuna. El cuidado del medio ambiente habría que incluirlo en el currículo escolar, desde el mismo nacimiento, desde la educación infantil. Si no es así, “NO SERVIRÁ DE NADA” como explica Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE).

El Sr. Sanchez afirma que “Los líderes mundiales que participaran en la COP25 deberían saber que como los niños y niñas no aprendan desde la primera infancia a cuidar el planeta no conseguiremos frenar el cambio climático ni tampoco se logrará que las futuras generaciones tomen conciencia del deterioro que está sufriendo el planeta ni de las consecuencias que ello supone”.

Los expertos de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) alertan además que la agenda del COP25 no incluye ni una sola mención a la educación. Ya lo decía Nelson Mandela “El arma más poderosa para cambiar el mundo”. Pero los lideres parece que han olvidado algo tan importante como EDUCAR.

Desde AMEI-WAECE afirman que “No es suficiente celebrar el día del medio ambiente o enseñar a los niños a reciclar por colores o cuidar algunas plantas que haya en el aula que es, en definitiva, lo que se hace en la mayoría de los centros educativos de España en cuanto a Educación Medioambiental. Ese camino nos ha llevado hasta donde estamos que parece un punto de no retorno”, como explican desde la Asociación.

No solamente debe de incluirse en el currículo escolar los conocimientos sobre el cuidado del medio ambiente, sino también como actuar sobre el mismo. A su vez, y lo más importante, que sobre este conocimiento intelectual se consoliden emociones y sentimientos de amor hacia la naturaleza y el mundo que le rodea. Solo así se garantiza que el conocimiento se interiorice y se imbrique con lo afectivo-motivacional, y se garantice una apropiada educación ambiental.

Por ello, la educación ambiental no podemos entenderla si no es de manera paralela y simultánea con lo que tradicionalmente conocemos como EDUCACIÓN EN VALORES. Difícilmente un niño cuidará el medio ambiente si no se cuida a sí mismo, difícilmente respetará el medio ambiente sino se respeta a sí mismo y a los demás. Está claro que hemos de educar para compartir, respetar, amar, creer, etc. Y ello hemos de hacerlo desde la más tierna infancia, ha de empezar incluso desde que el niño da sus primeros pasos.

El Club de los niños cuidadores del planeta tierra

AMEI-WAECE ha desarrollad un programa educativo llamado “El club de los niños cuidadores del planeta tierra” desarrollado en 2.002 en colaboración con UNESCO en el que han participado más de 1 millón de niños desde su creación.

Las actividades las hemos agrupado en torno a SEIS EJES TEMATICOS y dimanan de los MAPAS CONCEPTUALES: Plan general, los animales, las plantas, los entornos urbanos, los entornos naturales y “nos cuidamos”.

A diferencia de otros programas de educación medioambiental, no se trata de actividades encaminadas al logro de contenidos conceptuales, sino encaminadas al desarrollo de aptitudes y valores con relación al cuidado y respeto del entorno natural y social en el cual se encuentran inmersos.

Las actividades, en número aproximado a 140 (días lectivos del curso escolar) no tendrán una duración superior a los 10 o 15 minutos. Es, dentro de la programación curricular del aula, un pequeño tiempo para compartir, para trabajar juntos, para el desarrollo de los valores. Y ello sin olvidar que gran parte del programa, cuando no todo, puede y debe de realizarse con el concurso de padres y madres.

Si bien cada uno de los ejes está secuenciado en sí mismo, son prácticamente independientes entre sí, de manera que cada educador, en función de las características de su país, de sus niños, inicie el programa por uno u otro.

El programa está dirigido fundamentalmente a niños de 2 a 6 años, por lo que las actividades programadas deberán ser graduadas en su dificultad por el propio educador. Este no habrá que olvidar, en ningún momento, que el fin último no es solo un programa de educación ambiental, sino un programa en VALORES, con auténticas mayúsculas.

«Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad» Karl A. Menninger

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