EL
SEXO Y LOS JUGUETES
Las investigaciones han comprobado
que existe más similitud que diferencias entre
ambos sexos en cuanto a la elección de los juguetes.
Esto entra en contradicción con algunos axiomas
existentes históricamente en esta problemática
del juego infantil: que los varones gustan más
del juego activo y organizado, que las niñas
prefieren los de carácter pasivo, de naturaleza
generalmente sedentaria, y que estas diferencias son
más notables alrededor de los 8-10 años
de edad. Si bien es cierto que existen diferencias morfológicas
entre los niños y las niñas, estos se
relacionan mucho con el tipo de interrelación
que sea habitual en el juego, y con los patrones culturales
en determinada comunidad educativa.
Cuando los niños y las niñas
tienen iguales oportunidades de acceso a los diferentes
juegos y juguetes, y no existen a su alrededor criterios
y acciones de los adultos, prohibiendo o permitiendo
uno u otro tipo de juegos, se observa que hembras y
varones seleccionan generalmente los mismos juguetes
en las edades más tempranas, y que solo a partir
de la edad preescolar, básicamente por el reforzamiento
educativo y social es que comienzan a observarse mayores
diferencias.
La experiencia del centro infantil
respecto a los juegos de roles comprueba que en juegos
tan típicamente denominados como femeninos, como
es el de la familia o "las casitas", cuando
no existe una reprobación social, tanto los niños
como las niñas participan de estos juegos, asumiendo
sus roles respectivos, y manipulando indistintamente
muñecas, utensilios de la cocina, juguetes y
elementos de juego que reflejan las diversas acciones
hogareñas: limpiar, planchar, lavar, entre otras.
Esto no causa, por supuesto, problemas en la identificación
sexual.
De igual manera, en un juego habitualmente
considerado de "varones", como el de los constructores,
las niñas también asumen roles de albañiles,
carretilleros, choferes, al igual que los niños.
Es obvio que la elección de los diversos juguetes
estará entonces más relacionada con los
propios intereses que determinada por los sexos.
Los problemas de identificación
sexual no están dados porque el niño o
la niña utilicen un tipo específico de
juguetes, esto es un efecto, y no una causa de estos
problemas, que la experiencia clínica demuestra
está muy en estrecha dependencia de las particularidades
de la dinámica hogareña, generalmente
muy patológica en estos casos.
No obstante, los niños suelen
ser más activos y dinámicos que las niñas,
y hay investigaciones que señalan la existencia
de diferencias caracterológicas, que se consolidan
hacia mediados de la edad preescolar, y que como consecuencia
de ello sus juegos pueden ser más movidos y menos
sedentarios que los de las niñas, esta verdad
evidente no tiene que ver nada con un origen sexual,
sino con patrones de educación y socialización.
De esta manera, aunque niños y niñas jueguen
a lo mismo, y usen los mismos objetos-juguetes, el juego
de los primeros siempre será de una mayor intensidad
corporal y dinamismo. Lo importante entonces no es definir
juguetes para niños y niñas, sino su relación
con la esfera afectivo-motivacional y las particularidades
físicas y motoras.