4.- EL POTENCIAL EN LA INFANCIA
Para
estimular el desarrollo del potencial en la infancia dentro del ámbito familiar hemos de tener en cuenta:
- El desarrollo intelectual,
- El desarrollo emocional
- El desarrollo creativo del niño o la niña.
Estas realizaciones se complementan entre sí y son interdependientes.
4.a.- Desarrollo intelectual
Llegar a una realización plena del desarrollo
intelectual consiste en desarrollar diferentes capacidades. La mayoría
de nosotros no llegamos a desarrollar plenamente ninguna, mucho
menos el cien por cien.
Algunas de las más importantes son las siguientes:
- Capacidad para percibir todo lo que llega a través
de nuestros sentidos. La curiosidad constante y la observación
ilimitada.
- Capacidad de conceptualizar. Comprender la base central
de una idea o concepto. Para conseguirlo es necesaria la integración,
abstracción y el uso de símbolos más allá
de su valor concreto.
- Capacidad de memoria, no sólo para recordar
lo observado o experimentado, sino para comprender aquello que
recordamos. La memoria y la conceptualización se alimentan
de forma recíproca indefinidamente. Para el desarrollo
de la memoria es necesaria la capacidad perceptiva porque no
se puede recordar aquello que no entendemos o experimentamos,
por ello recordamos las percepciones claras y precisas.
- Capacidad de usar el pensamiento lógico para
llegar a conclusiones útiles. Es necesario su uso habitual
y tener múltiples oportunidades y experiencias para aplicar
la lógica a diversas situaciones desde la primera infancia.
- Capacidad de criterio. Si fallan las habilidades anteriores,
el niño o la niña tendrá pobreza de criterio,
y éste es necesario para discernir la realidad de la
fantasía, entre otras muchas cosas.
- Capacidad de pensar. Poder expresar los pensamientos.
Verbalizar ideas, opiniones y sentimientos.
- Capacidad de aplicar lo que se aprende por placer,
provecho o enriquecimiento de todas las facetas de la vida,
ampliando la curiosidad intelectual y la afición por
aprender y conocer.
Estas y otras capacidades prosperan o se atrofian
según se den las circunstancias nocivas o de negligencia,
o bien de reconocimiento, respeto y refuerzo adecuados.
Las distintas capacidades se interrelacionan y
alimentan mutuamente. La mente va llenándose a través
del ejercicio de todas las capacidades intelectuales o los procesos
múltiples que se aplican en las experiencias cotidianas.
Hay que diferenciar la falta de dotes intelectuales
y la ignorancia. Lo primero es una condición genética,
lo segundo es el resultado de un conocimiento ignorado. A medida
que aumenta la exposición al conocimiento y la riqueza de
experiencias se incrementa la capacidad intelectual de forma independiente
de la dotación genética. 4.b.- Desarrollo emocional
Es indudable la relación entre el desarrollo
emocional de un individuo y la evolución intelectual. Por
ejemplo, en depresiones emocionales agudas, las personas tienen
poca memoria, la atención dispersa y la percepción
escasa, las asociaciones mentales disminuidas y tan rápidas
en algunas fases que resultan de poca utilidad.
Muchos profesionales de psicoterapia opinan que
cuando se produce una atrofia emocional causada por una carencia
afectiva en la infancia, hay una pérdida de la capacidad
de abstracción. A medida que los niños "sienten
más" parecen "pensar mejor", aumenta su motivación
por aprender, se ensancha su curiosidad y la profundidad, amplitud
y agudeza de la percepción e intuición.
El correcto desarrollo emocional supone el ser
consciente de los propios sentimientos, estar en contacto con ellos
y ser capaz de proyectarlos en los demás, es decir, ser capaz
de involucrarse emocionalmente con otras personas de forma adecuada,
relacionándose positivamente.
Para lograrlo es necesario desarrollar la capacidad
de empatizar, simpatizar e identificarse con los demás, estableciendo
vínculos e intercambiando sentimientos.
La consciencia y la correcta expresión de
los sentimientos proporcionan la posibilidad de una individualidad
auténtica, con aceptación, respeto y seguridad en
sí mismo. Ayuda a mantener un sentido de la identidad propia
y una sólida autoestima.
Frecuentemente enseñamos a los niños
y niñas el temor de sentir y de expresar lo que sienten.
Si no experimentan sus sentimientos de forma consciente y completa,
se exponen a ser vulnerables a la presión de compañeros
o adultos, a la necesidad de querer gustar a toda costa y a aceptar
cualquier influencia por destructiva que sea. 4.c.- Desarrollo
creativo
Todos nacemos con diferentes clases y grados de
potencial creativo. Este es el área más vulnerable
a padecer daños y negligencias durante la infancia. También
es la que, para desarrollarse, más necesita ser reconocida
y sustentada.
Para que una acción, producto, teoría
o idea sean creativas, además de la originalidad es importante
la conceptualización, la integración, la síntesis
y la capacidad asociativa. Vemos pues, la necesaria interrelación
de las funciones intelectuales, emocionales y creativas.
La capacidad asociativa es el proceso de poder
generar ideas y pensamientos libremente. Los pensamientos provocan
sentimientos y éstos producen emociones. Si reprimimos los
sentimientos y las emociones en los niños y niñas,
no desaparecerán sino que actuarán por su cuenta y
provocarán otros sentimientos de culpa y ansiedad.
Si el proceso creativo no está agobiado
por la represión, las asociaciones son ricas y libres.
Si el niño o la niña tiene una autoestima
elevada, toma en serio sus propias ideas y, con la adecuada motivación,
aplicará la conceptualización, la síntesis
y la integración. Cada idea aportará otras más.
Tomará datos de la experiencia y estimulará la memoria
desarrollando y clarificando el concepto. Este concepto se sintetiza
aplicando la lógica y se convierte en una teoría,
una escultura, cuadro, canción, etc...
A medida que el niño o la niña crea
es más consciente de sus sentimientos, aumenta la seguridad
en sí mismo y afirma quien es. |